Margarita Brito Fco.
Mi hermana estaba en el cardiólogo y mientras estaba en la sala de espera observó a una joven sentada a su lado con un brazo lesionado, sufriste una quemadura seria le dijo, pero la muchacha le contestó que no se había quemado, sino que su brazo estaba así, tras ser arrastrada varios metros por una camioneta, cuyo conductor ni siquiera se dio cuenta, porque estaba texteando por su teléfono celular.
Le contó que la gente que estaba en la calle tuvo que tocar el vehículo con fuerza para que parara, porque ese imprudente conductor no había notado que llevaba una persona enredada en las ruedas de su vehículo. La muchacha le narró que tuvo que esperar varias horas para que pudieran sacarla de debajo de la camioneta y pasar más de una semana en cuidados intensivos. La joven está viva por puro milagro.
Peligro: «Conductor maneja y habla por teléfono»
Lo cierto es que cuando voy manejando y veo a otro conductor hablando por teléfono, como decimos los dominicanos «me pongo chiva y trato de sacarle los pies», es decir me pongo en atención y trato de evadirle, no sea que me vaya a chocar.
Y es que en un país con tantos hombres machistas, aunque también muchas mujeres lo hacen, pero ellos se creen superiores y que pueden conducir y hablar tranquilamente como si estuvieran sentados en una cafetería.
Pero se distraen porque atienden más a su conversación telefónica que a conducir. He tenido muchas veces que tocarle bocina al conductor que va delante de mi, porque hablando por su celular ni siquiera se da cuenta que el semáforo cambió y se queda estático, mientras habla.
Según estudios, los accidentes provocados por personas manejando hablando por teléfono son más de los provocados por personas al volante ebrias.
La cantidad de accidentes causados por personas que hablan por teléfono mientras conducen, está creciendo en todo el mundo. La atención que demanda la conversación telefónica, distrae al conductor, con la consecuente producción de demoras o errores, que no se soluciona con un teléfono “manos libres”, porque si la mente no está centrada, no está “ libre” de cualquier otra preocupación que no sea conducir, se producen accidentes. Por esa razón, la ley prohíbe hablar por teléfono mientras se maneja.
El celular es una herramienta muy útil en la comunicación actual, resulta sin embargo un problema serio mientras se conduce.
Según diversos estudios, el uso del teléfono móvil multiplica por cuatro el riesgo de sufrir accidentes. Mientras se habla por teléfono, aunque sea manos libres, se pierde la capacidad de concentración necesaria para conducir: no se mantiene una velocidad constante, la distancia de seguridad no es suficiente con el vehículo que circula delante y el tiempo de reacción aumenta considerablemente entre medio y dos segundos, dependiendo del conductor.
Datos que aportan diversos informes apuntan a que “tras minuto y medio de hablar por el móvil (incluso manos libres) el conductor no percibe el 40% de las señales, su velocidad media baja un 12%, el ritmo cardíaco se acelera bruscamente durante la llamada y se tarda más en reaccionar”. Además, la peligrosidad por el uso inadecuado del mismo puede llegar a ser equiparable a la conducción con exceso de alcohol.
