Hospital Plaza de la Salud
Hospital Plaza de la Salud

Cuando se ven los edificios que componen la denominada Plaza de la Salud, definitivamente hay que convenir que constituye una verdad ciudad hospitalaria, pero si vamos a la atención médica,  eso es otra cosa.

Un ejemplo es  la emergencia, la cual estuvo siendo remodelada durante más de un año y dónde las quejas de  los pacientes que acuden son múltiples. La edificación fue mejorada, el servicio no.

Tuve la ocasión de vivir la experiencia en carne propia hace menos de 15 días, cuando acudí con un pariente.

En la sala de espera habían más de 20 pacientes que esperaban por atención. Eran más de las 7:00 de la noche y algunos estaban allí desde las 4:00, «esperando una atención de urgencia!!».

«Tienen que esperar», nos dijo el recepcionista, lo que consideramos bien, pues acabábamos de llegar, sin embago, lo que nos molestó fue su respuesta, cuando transcurridos 45 minutos, le preguntamos si por lo menos podían tomarle la temperatura y la presión arterial, para por lo menos saber como estaban estas constantes vitales mientras esperabamos.

La respuesta de este joven, que al parecer creyó que estábamos en una cafetería o negocio similar fue indicarnos que teníamos que esperar nuestro turno y que si creíamos que no podíamos la opción ir a otra parte. «Si consideran que no pueden esperar, pueden irse», dijo este recepcionista sin darse cuenta de que no estábamos allí por diversión, ignorando que en casos de urgencia, ir de un lugar a otro con el enfermo puede significar la muerte.

Pero no es la primera vez que he constatado el maltrato en la emergencia de este centro asistencial, he sido testigo de ello en otras ocasiones, aunque debo reconocer que una vez se está recluido en el centro la atención es mejor.

Tengo vecinas que están entrada en edad y que advierten a sus familiares que de necesitarlo, no le lleven a la urgencia del referido hospital.

Otra cosa es que aunque se tenga un médico por años,  son anónimos y a diferencia de otros centros asistenciales privados nunca te dan un número de teléfono ni nada, sólo te dicen que en la emergencia le atienden y vaya que le atienden.

Lo cierto es que una persona que conozco y a quien le dio un ataque cardíaco, tuvo que ir en tres ocasiones de madrugada con dolor en el brazo,  para que detectarán el ataque, porque el médico practicante decía que era dolor muscular. La persona no murió porque no le había llegado la hora no por la atención.

Recuerdo con horror, como hace ocho años mi hija que iba a dar a luz tuvo complicaciones y además de una cesárea, hubo que ponerle sangre, dos «doctoras» practicantes, mi hija grave bromeando entre chistes intentando ponerle la sangre llenaron sabanas y cama de sangre por su descuido.

Y definitivamente, quienes no cuentan con un seguro médico que no vaya a ese centro, porque no van a recibir atención, pese al subsidio gubernamental que recibe el hospital.

No es de extrañar que personas como e Esmarli de los Santos, Crisbel Benjamín y Dolores Vásquez, tuvieran que denunciar lo que le estaban cobrando.

Por Margarita Brito

Periodista con más de 20 años de experiencia en radio, televisión y prensa escrita. Esposa, madre y abuela. Escribo porque me gusta y porque nada me es ajeno.

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