La Academia de Ciencias de la República Dominicana (ACRD) y la Fundación Dominicana de Estudios Marinos (FUNDEMAR), pidieron al Ministerio de Medio Ambiente detener la construcción ilegal del delfinario Dolphin Discovery en Punta Cana, Provincia La Altagracia.
En un documento enviado a tusolcaribe.net la entidad señala su preocupación ante las acciones de ese Ministerio , ante la modificación, mal fundamentada, de una licencia ambiental, para justificar la instalación del delfinario en Punta Cana, denominado Dolphin Discovery.
Señala que la licencia otorgada originalmente es la No.0245-13, del 13 de Junio del 2013, para la construcción y operación de un complejo commercial, la cual en ninguna de sus partes contemplaba la instalación para mantener delfines en cautiverio.
Academia de Ciencias y FUNDEMAR sostienen que tras otorgarse la licencia, con vacíos en el procedimiento, se emitió una modificación, autorizando el delfinario, por lo cual dicha licencia tiene un carácter ilegal.
Afirman que no hay razón para que después que los técnicos de Medio Ambiente evaluaran el lugar en donde se pretende instalar el delfinario y establecieran que no procedía, se emitiera posteriormente una autorización contraria, violando la Ley General de Medio Ambiente (Ley 64-2000), la Resolución 01-2008 que aprueba el Reglamento sobre la Tenencia, Manejo y Exhibición de Mamíferos Marinos, el protocolo SPAW de la Convención de Cartagena que prohíbe la caza, cautiverio y maltrato a los delfines, así como con los requisitos establecidos en el Decreto 1288-04, que establece el Reglamento para el Comercio de Fauna y Flora Silvestres en República Dominicana (Reglamento CITES). La referida resolución desconoce el rol de los técnicos del Ministerio de Medio Ambiente.
Señalan que tanto la ley (64-00) y la resolución 01-2008 establecen la obligatoriedad de Evaluaciones de Impacto Ambiental, previo a la ejecución de un proyecto
Dicho proceso determina el tamaño y lugar de la instalación, la cantidad de especímenes, las características de las facilidades y de las áreas aledañas, los requerimientos para importación, país y condición de origen, son algunos de los requerimientos y condiciones establecidos en las normativas del país y en los convenios internacionales.
Subraya que los mismos no son establecidos de manera arbitraria, ni antojadiza, ni por conveniencia de los promotores de los proyectos, para agregar valor a determinados complejos, sino basados en lo que establece los criterios del proceso de evaluación ambiental y las leyes que rigen la materia.
“Encerrar mamíferos marinos en piscinas, privándoles de su libertad, para divertir al público, no es ético, máxime tratándose de delfines a los que en estas condiciones se les provocan daños, heridas traumáticas y enfermedades que les acorta drásticamente su ciclo de vida”, destacan.
Señalan que varias instituciones no gubernamentales, como FUNDEMAR, han estudiado las poblaciones de delfines que se observan en las aguas de República Dominicana y precisan que según declaraciones de los promotores del delfinario, los delfines que adquirirán provienen de Isla Tórtola o de México, pero que en cualquier caso, no se sabe si pertenecen a las poblaciones observadas y estudiadas en nuestras aguas territoriales y como establece CITES, el país de origen debe certificar que las extracciones de estos animales, no son perjudiciales a las poblaciones objeto de captura, datos que no se han elaborado aún.
Añaden que las regulaciones del país prohíben la persecución, caza, muerte, maltrato, exportación de especies amenazadas y en el Libro Rojo de República Dominicana, el delfín Nariz de Botella se encuentra en la categoría de vulnerable. “Adicionalmente, la adherencia de la República Dominicana a la Comisión Ballenera Internacional como país no ballenero, compromete al país con la protección de los delfines y las ballenas en sus aguas territoriales y en su zona económica exclusiva”.
“La captura y transporte de delfines es un procedimiento traumático en el que los animales son maltratados por las redes, cables y pinzas con los que son atrapados; son comercializados a bajos precios, otros que mueren durante el proceso son abandonados en las aguas. Los animales cuando son transportados de su vida salvaje a las piletas en que son colocados, se golpean con las paredes de los estanques, maltratándose y en ocasiones causándose la muerte”, destacan.
Afirman delfines son animales inteligentes que les gusta vivir libremente y en manadas, con un gran apego a la población y estructura familiar. Recorren diariamente unos 40 kilómetros, se sumergen alrededor de 300 metros de profundidad, cosas que no pueden hacer en cautividad. En cautiverio los delfines son incapaces de reproducirse y los que los logran, tienen menos tiempo de vida. ¿Porque hay que secuestrarlos, condenándoles a vivir aislados en pequeños estanques de escasa profundidad sin ningunas de las condiciones para sobrevivir?”
En el entendido de que la República Dominicana mantiene una política definida de conservación de su rica biodiversidad, que tradicionalmente ha sostenido una lucha constante por la protección de los mamíferos marinos, y convencidos de que los delfinarios no son una diversión, sino una forma inaceptable de maltrato a estos cetáceos.
Por las razones antes señaladas nuestras instituciones hacen un llamado al señor Ministro de Medio Ambiente y Recursos Naturales Dr. Bautista Rojas Gómez, para que declare una moratoria de al menos cinco años para la instalación de nuevos delfinarios, a fin de desincentivar el comercio de especies animales catalogadas en categoría vulnerable.
Además revisar la resolución No. 01-2008, para conocer el grado de cumplimiento de sus artículos y mandatos, no solo por la falta de implementación de muchos de ellos, sino por las irregularidades señaladas y los cuestionamientos encontrados en el reporte científico hecho sobre los Delfinarios de México y República Dominicana.
Subrayan que con el plan de manejo aprobado recientemente del santuario, es el momento más adecuado para ordenar todo lo relativo a la protección de los mamíferos marinos en la República Dominicana.
Sugieren además, establecer un área de observación en su estado natural, de los delfines Nariz de Botella, al igual que existe en la Bahía de Samaná con las Ballenas Jorobadas, actividades que tienen un futuro promisorio para muchos países como el nuestro sin afectar a la población de estos mamíferos marinos.
