MARCELINO VEGAMARCELINO VEGA

MARCELINO VEGA
MARCELINO VEGA
Hato Mayor.- Fue celebrado en el cementerio público de Hato Mayor una ofrenda floral en homenaje al periodista Marcelino Vega, al conmemorarse 32 años de su asesinato en el Sector Villas Agrícola de la ciudad Capital.
A continuación las palabras de Ricardo Vega, comunicador y escritor, hermano del periodista asesinado:
“Buenos días, gracias por su presencia:
Avanzaban los años ochenta. Hato Mayor enarbolaba por todo lo alto su bandera y orgullo de ser considerado la meca del baloncesto nacional. Tanto así, que para aquellos se la selección hatera se enfrentaba nada más y nada menos que al equipo de Puerto Rico.
En ese partido nos tocó manejar el cronómetro de la mesa técnica. Y el equipo de basquetbol de Hato Mayor de esa época jugaba con tanto ahínco que hasta yo, emocionado, viéndolo superar a Puerto Rico, aplaudía sus jugadas.
Y cuando mi hermano Marcelino me descubrió aplaudiendo al equipo de Hato Mayor me llamó la atención para que no lo siguiera haciendo.
Con esa misma conducta de imparcialidad que me corrigió a mi desde pequeño, pues entendía yo debía manejarme siendo cronometrista para ambos equipos, no para uno en particular, asumió Marcelino Vega el resto de su breve, pero impoluta, trayectoria periodística. Ejercía el periodismo como un sacerdocio.
Y contrario a lo que piensan los desgraciados, hay seres humanos que por su trayectoria de vida cuando son eliminados físicamente su figura crece más y germina hasta ser imperecedera.
Así lo sentencia la santa Biblia en San Marcos, 41:4:26 y 41-429: “… cuando un hombre echa semilla en la tierra él duerme de noche y se levanta de día, y la semilla brota y crece sin que él sepa cómo”. Es que después de todo, como decía Benedetti, la muerte es sólo un síntoma de que hubo vida.
Los que creyeron que con la eliminación física de Marcelino enterrarían su conducta ejemplar se equivocaron, pues todavía hoy, a más de tres décadas del hecho, su memoria, su valor, su disciplina, su honestidad ejemplarizadora, sigue siendo indoblegable por los tiempos.
A pesar de que le arrebataron la vida en la flor de su juventud aquel fatídico 7 de abril de 1981, a primeras horas de la mañana, la figura de Marcelino Vega ha continuado su ascenso como paradigma y modelo ejemplar de la libre expresión del pensamiento y de un ejercicio periodístico que sacudía la cimiente de los mas poderosos. Siempre al lado de las mas nobles causas, de los mas desposeídos.
Es que las ideas escogen en el momento histórico a los hombres que puedan ser sus más adecuados instrumentos. Es una ley de dinámica social, expresa Benjamin Palacio Uribe.
A treinta y dos años de su partida, lejos del olvido, la figura de Marcelino Vega ha ido consolidándose en el parnaso de la historia del periodismo nacional, como germinadora del derecho a expresarnos libremente, tanto así que hoy día podemos decir lo que nos de la gana y poco o nada pasa. Eso se lo debemos los comunicadores, entre otros, a la caída en pleno ejercicio profesional, de Marcelino.
Vivimos la era de la información, pero también la edad de la difamación y los rumores y al filo de estos dos acontecimientos la figura de Marcelino, defiende con coraje la objetividad en el amplio discurrir de la historia.
Treinta y dos años no, miles de años no serán suficientes para sanar las heridas provocadas por la partida de Marcelino, pero tampoco serán escudo para seguir pregonando con orgullo que su partida no fue en vano. Que seguiremos defendiendo sus ideales y su vida ejemplarizadora por los siglos de los siglos.
Muestra vívida de lo que afirmamos es que mi querido hermano Marcelino, nosotros, tus descendientes somos considerados y respetados ya como una familia de comunicadores probos, valientes y honrados.
Marcelino, aquí estoy yo, aquí esta Julio César, aquí está El Hombre Noticia del Este, tu sobrino Odalis Vega, Manuel Antonio Vega, Agustín Vega y otros, pues la semilla que sembraste ha seguido dando sus frutos, aportando, sirviendo de pedestal, de micrófono y medio de los más necesitados, de las mayorías, como nos lo enseñaste. Como los descendientes del coronel Aureliano Buendía, en Macondo.
Lejos de llorar y estar tristes como lo hemos hecho todos estos años, hoy Marcelino, en tu día, que para nosotros esta compuesto por los 365 del año, venimos aquí a reiterarte con orgullo que tu partida, a pesar de lo sangrienta, desdichada y dolorosa, no fue, no es, ni será nunca en vano.
Tu muerte adquiere mayor dimensión en la medida que nos hace reflexionar sobre el valor de la vida digna, honesta y ejemplar.
¡Marcelino Vega vive en el rostro demacrado de los más humildes y esforzados trabajadores!
¡Marcelino Vega vive en la memoria de los más necesitados!
¡Marcelino Vega vive en el sentido del derecho a la libre expresión y difusión de nuestros ideales y pensamientos!
¡Marcelino Vega vive en el corazón y la sangre de la justicia social y de las demandas más necesitadas por las grandes mayorías!
¡Marcelino Vega vive en la memoria de los que anhelamos una sociedad más justa y equitativa para todos!
¡Marcelino Vega vive, coño!”.

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