Margarita Brito

 

«Señor, ayúdame a mantener la humildad»!, dijo en un momento de su discurso el presidente Danilo Medina, durante su discurso de toma de posesión como nuevo gobernante dominicano y esas palabras me  llamaron  la  atención en su momento y más aún meses  después, cuando veoque lejos de imitar sus palabras, muchos de sus funcionarios hacen todo lo contrario, tratando con arrogancia, a quienes le ayudaron a llegar a donde hoy se encuentran.

«Si quieres conocer a Juancito, dale un carguito», dicen aquí, porque hay personas que cuando alcanzan  logros que consideran grandes, olvidan a los de abajo.
       Pienso que esa gente que suele mirar por encima del hombro  a quienes en su día le ayudaron a «llegar», no  se dan cuenta de que serán los mismos que verán cuando estén bajando del pedestal en que se encuentran.

»  La humildad es una de las claves para alcanzar el éxito y mantenerlo», dice el pastor Cash Luna y aunque soy católica, creo que para todas las religiones es igual. Cash añade que «mientras más bendiciones alcances, más humildad debes buscar para poder soportarlas sin actitudes arrogantes».

Subraya que Dios quiere darte en abundancia. Desea bendecirte en lo espiritual y material, así como lo hizo con Su pueblo a quien repartió las tierras,  como lo hizo con Salomón que incluso amontonaba oro y plata, como lo hizo con Jesús que tenía la poderosa unción para levantar a los muertos, y como lo hizo con Juan el bautista de quien se dijo: “Este será grande delante de los hombres”. Solamente los hombres pueden sentir envidia y expresar sentimientos mezquinos esperando ser levantados antes que los demás.  Ten cuidado porque con mala actitud no lograrás bendición.

Para ser agradecidos siempre recordar  de dónde vienes, sin importar qué tan lejos llegues en la vida. Ir al barrio, a la casa de lau infancia, recordar la escuela, el lugar que te vio crecer.   Por eso, el amor a Dios es lo primero que se necesita para alcanzar y mantener el éxito. No importa si el momento que pasas es bueno o malo, no importa si piensas que es poco o mucho lo que recibes de Sus manos, demuestra que amas a Dios sobre todas las cosas y circunstancias.

Agradece día y noche porque recibes más de lo que pides. Incluso  cosas que no pides que tienes y no aprecias. Muchas veces buscamos cosas que creemos  no tener y la realidad es que siempre la tuvimos en nuestra casa.

Los grandes líderes de la historia en todos los campos se han caracterizado por su gran humildad, quienes, a pesar de la altura que lograron en la escala social, no tuvieron  fiebre del poder que es la soberbia, el pecado más común que cometen con mucha frecuencia los que logran el éxito.

El líder debe identificarse e inspirar la confianza de cada seguidor y a través de su humildad lograr este acercamiento para lograr el binomio fundamental del éxito.

Cuando se está en la cima es fácil olvidarse del origen del esfuerzo realizado por cada colaborador y el apoyo recibido para que uno llegue a triunfar; la gratitud es una de las virtudes que siempre debemos practicar y tener presente que a través del esfuerzo de los demás se logran los resultados.

Cuando las cosas van bien y estamos logrando materializar nuestros sueños es fácil caer en la soberbia y creer que todo se debe solamente a nuestro individual esfuerzo, cuando en realidad gracias al esfuerzo de todo un equipo se logra el triunfo.

 

 

Por Margarita Brito

Periodista con más de 20 años de experiencia en radio, televisión y prensa escrita. Esposa, madre y abuela. Escribo porque me gusta y porque nada me es ajeno.

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *