A Rosie Nelson, una modelo inglesa de 24 años, le dijeron que tenía que adelgazar para conseguir trabajo, aceptó. Entendió que sus caderas eran demasiado anchas para el gusto de los publicistas y de las estilistas de moda. Por eso se mató en el gimnasio a hacer ejercicio e hizo una dieta. Y en un año consiguió perder 5 centímetros de la medida de esta difícil parte del cuerpo.
Pero aunque pasó de la talla 38 a la 36, sus representantes le dijeron que no era suficiente. Que tenía que adelgazar más. Que si quería trabajar, debía llegar a la llamada talla 0, esa que solo tienen las modelos más famélicas del planeta. Fue entonces cuando Rosie se plantó por completo: prefirió la salud y la felicidad antes de ser una maniquí de aspecto enfermizo.
De esta decisión ha pasado un año. Pero Rosie no se conforma con haber renunciado a su carrera. También quiere evitar que otras jóvenes se enfrenten a la misma situación desagradable que a ella le tocó vivir.
Por eso Rosie protagoniza ahora una campaña junto a otras modelos para acabar con la tiranía de los pesos y de las medidas fuera de toda lógica. Su intención es que se prohiba por ley que las agencias, las revistas y las publicidades contraten y exhiban a modelos con infrapeso. “Algunas chicas están haciendo barbaridades para conseguir trabajo, como dejar de comer o solo ingerir algodón o palomitas. Algunas van al médico y preguntan por dietas para rebajar el tamaño de la cadera, algo que es imposible”, asegura a la BBC.
Con su esfuerzo ha conseguido presentar una petición firmada por 113.000 personas para que las modelos demasiado flacas no puedan aparecer en anuncios. Ahora la pelota está en el parlamento inglés que debe dilucidar si acepta la propuesta para que sea debatida.
Por su parte, la organización que engloba a las agencias de modelos en Reino Unido se defiende asegurando que sus miembros saben cuáles son los síntomas de los trastornos de la alimentación y que en ningún caso los promocionan.
En la actualidad esta medida ya está en vigor en países como Francia o España, en donde existe una norma muy clara para evitar que las modelos que desfilen por la Madrid Fashion Week sean excesivamente delgadas: ninguna de ellas puede tener un índice de masa corporal por debajo de 18.