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Dicen que la fe y la esperanza nunca debe morir, aferrarse a la fe y a Dios es la diferencia en esos momentos cuando parece que no hay un camino y que todo es oscuridad.
El dolor por una enfermedad incurable es terrible y en ocasiones el tratamiento es peor que la dolencia misma, pero Dios está por encima de todo.
El sacerdote Luis Rosario afirma que mundo vive una superficialidad contagiante y coincidió con la psicóloga Olga María Renville, señalando que éste es un reflejo del deterioro de los valores y el irrespeto a la vida.
A propósito de la muerte asistida o auto suicidio de la joven norteamericana de 29 años, Brittany Maynard, quien padecía glioblastoma, un cáncer terminal en el cerebro, por el que sabemos debió estar sufriendo mucho, pero se nota la desesperanza y la falta de fe, al tomar esa decisión y es que en el país la gente opta por la oración y frecuentemente da resultados.
“Los seres humanos debemos comprender que la vida es un regalo hermoso de Dios, hay que vivirla, pero si no hay un orden, una forma de trabajar los valores, puede pasar cualquier tipo de acción contra uno mismo o contra los demás”, dijo Rosario, coordinador de la Pastoral Juvenil.
Maynard anunció a principios de octubre, en un vídeo que conmocionó en las redes sociales, que acabaría con su vida el primero de noviembre para no sufrir los estragos del cáncer cerebral.
Los médicos le habían dado seis meses de vida tras diagnosticarle en enero un agresivo cáncer en el cerebro e incurable que le produciría una muerte muy dolorosa. Tras conocer la noticia, Maynard y su esposo, Daniel Díaz, decidieron en junio mudarse de California a Oregón, uno de los pocos Estados Americanos que permite la eutanasia.
Gran debate
El debate que ha provocado el tema, desde el punto de vista ético, religioso y social, ya que unos apuntan que mientras hay vida debe haber esperanza, mientras otros se inclinan a favorecer su decisión, a fin de evitar dolor y sufrimiento frente a una muerte inminente, fue destacado por Renville.
“Podemos notar en los últimos tiempos, que a través de las redes sociales y algunas páginas web, diversos grupos compuestos por jóvenes adolescentes, de manera indiscriminada promueven la muerte, la auto mutilación y en ocasiones hasta el suicidio”, subraya Renville.
De su lado, el padre Rosario señala que hay varias formas en la que los seres humanos llegan a situaciones negativas traumáticas y trágicas, como es la desesperación económica, desilusión por aspiraciones en la vida y la eutanasia, ante los dolores de una enfermedad o ancianidad y resalta que en el caso de Brittany Maynard estaba aún en estado aceptable.
“Ninguna razón debería empujar a la decisión extrema de quitarse la vida y menos aún, que un Estado establezca el derecho a ese tipo de soluciones”, sostiene. Resalta que en República Dominicana por lo general se producen suicidios por razones amorosas, en ocasiones por escasez o embrollos económicos y afirma que la salud mental debe ser parte de los proyectos e iniciativas que debe tomar un Estado. “El Estado y la sociedad deben tomar acciones para valorar la vida y apoyar la familia, que si no es feliz podría caer en acciones contra sí o los demás”. Enfatizó que aprobar el suicidio asistidos es igual que aprobar el aborto, la guerra o los fusilamientos y señal de desintegración a nivel humano. Rosario dijo que aceptarlos no habla bien de una sociedad que cultive el amor a la vida, la trascendencia de los valores a Dios que justifica el sentido de la vida y la fortalece.
“Lo más importante es que la vida hay que vivirla con orden, disciplina y superación, con el sentido de los valores apropiados, de lo contrario caemos en la violencia”, dijo Rosario y sostuvo que lo extraño es que el Estado propicie este tipo de decisiones.
En tanto Renville precisó que la promoción y ejecución de manera indiscriminada de este tipo de hechos “es un reflejo de la actitud derrotista que en ocasiones vemos en nuestra juventud. Es necesario la orientación y el soporte emocional, la supervisión en la formación y el rescate de los valores humanos y espirituales a fin de crear bases solidas en la personalidad”.