Río de Janeiro, Brasil.-
Brasil està de fiesta, con la presencia de más de 500,000 jóvenes de todo el mundo asistieron en Río de Janeiro a la misa de apertura de la XXVIII Jornada Mundial de la Juventud (JMJ), en la que se recordaron las palabras de Juan Pablo II “América, sé tú misma, fiel a Cristo” y resiste “ante quienes quieren ahogar tu vocación de esperanza”.
Veintiséis años después de la JMJ de Buenos Aires, de 1987, el encuentro mundial de los jóvenes católicos regresó a América Latina, en esta ocasión a la ciudad carioca, donde cientos de miles de muchachos, en su inmensa mayoría latinoamericanos, esperan ya el momento de dar la bienvenida oficial al papa Francisco, lo que ocurrirá el próximo jueves.
Este martes, el cardenal Stanislaw Rylko, presidente del Consejo Pontificio para los Laicos, de cuyo dicasterio dependen las JMJ, y el arzobispo de Río de Janeiro, Orami Joao Tempesta, abrieron la cita mundial con una misa multitudinaria en la playa de Copacabana.
La tarde desapacible, lluviosa y con viento, sin embargo no desalentó a los ciento de miles de muchachos que han convertido a la ciudad en el centro mundial de la Iglesia católica.
La ceremonia, a la que asistieron entre 500,000 y 600,000 jóvenes, según el portavoz vaticano, Federico Lombardi, comenzó con la entrada de la “Cruz de los Jóvenes” portada a hombros, así como un icono de la Madre de Dios, también llevado a hombros, en procesión. La conocida como “Cruz de los Jóvenes” es de madera, de casi 4metros de altura, cuyos brazos miden 1.75 metros y pesa 31 kilos.