Luego de dispersada la marcha se desató una espiral de violencia que ha dejado hasta el momento un joven muerto a tiros, y casi un centenar de heridos.
Mientas tanto, el Hospital Inmaculada Concepción es mantenido custodiado y bajo control de la Policía.
A medidas que pasa el tiempo la tendencia es a la radicalización de la protesta por la actitud intransigente de las autoridades policiales.
