Margarita Brito
A escasas horas de la llegada del nuevo año, 2018, es importante hacer una reflexión sobre el año que finaliza y trazarse metas para el que inicia.
Qué hicimos de positivo o negativo, analizarlo para no cometer los mismos errores.
Por mi parte me he constatado el hecho de que hay mucha gente buena que te ayuda y te tiene presente cuando menos te lo esperas, aunque también hay otros, los menos que te usan como si fueras desechable y luego se olvidan.
También me di cuenta de que las cosas importantes son las que te importan a tí mismo, no las que cree la gente que son importantes y como siempre he sabido, que lo más importante es la familia.
También sé hace tiempo y no en este año que finaliza, que lo material es importante, pero que hay cosas que no tienen precio, como es el hecho de compartir con los hijos o con amigos sinceros, porque tenerlos es como hallar agua en el desierto.
Y que mientras más conozco algunas gentes, más quiero a mi perro imaginario, como me quiero a mi misma.
Quiero agradecer a quienes me recordaron en estas fiestas, la verdad que a veces quedas sorprendida de que los que te recordaron fueron los que menos esperabas.
Trazarse metas.
De mis metas diré que con Dios mediante, lo que más deseo es poder ayudar a los demás a través de este humilde espacio y continuar incursionando en las artes.
Objetivos personales en los que no ampliaré que me llevan a tener en cuenta que lo más importante es la gente sin importar su condición social.
En fin, que que aunque muchos me tilden de idealista, aunque económicamente no gane nada, yo seguiré el ejemplo de mis padres, en especial de mi papá, a quien nunca le importó lo material, sino la forma de contribuir por un mejor país.