Margarita Brito
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El hecho de que el chofer de la patana que atravesó la isleta de la avenida Winston Churchill sea el mismo que hace cuatro meses provocó el accidente ocurrido en la carretera Samaná, en el que murieron 18 personas que viajaban en un camión, muestra que en este país no hay ley y las que hay no se cumplen.
Cómo es posible que cuatro meses después, este «asesino del volante» estuviera conduciendo otra patana, pero que además decidiera meterse en un paso peatonal para eludir tapones? Increíble!!
Las redes sociales, mucho antes que los periódicos impresos destacaran esta falta de respeto a la ley de tránsito, se encargaron de mostrar la irresponsabilidad de este conductor, quien jamás debió volver a tener un volante de un vehículo en sus manos.
Sé de países que por infacciones menores no sólo se les anula la licencia de conducir a conductores irrespetuosos de la ley, más aún si han causado muertes y en este caso fueron 18 personas las que perdieron la vida a destiempo por causa de un desalmado al volante.
Lo cierto es que a personas como el chofer Ronald Parreño Liriano deberían no sólo estar presas de por vida, sino que en caso de que cumplan su pena en la cárcel la Policía debería darle seguimiento colocandole un ship o una pulsera computarizada para saber de sus movimientos y así evitar que causen más desgracias provocando muertes de personas inocentes.
Fue la Autoridad Metropolitana de Transporte (AMET), entidad que este viernes apresó a Parreño, quien resultó herido junto a otras 11 personas en el accidente de Samaná, quien informó que este era el mismo que indolentemente cruzó la ciclovía de la Churchill.
La AMET informó que ubicó y apresó en el muelle de Haina a Parreño Liriano, quien conducía el cabezote Mack, verde, placa L269009, propiedad de José Luis Molina, quien también debe ser investigado ya que contrató a un chofer sin investigar sus antecentes penales.
El organismo encargado de reglar el tránsito, precisó que Parreño Liriano, al ser depurado en los archivos de la AMET, resultó ser el mismo conductor que estuvo involucrado en el accidente en julio pasado, donde murieron 18 personas y 22 resultaron heridas, en la carretera Sánchez-Nagua.
Que se le de una sanción ejemplar
Siempre he creído que tener un volante, un guía en las manos es una gran responsabilidad, que en este país a juzgar por la forma de conducir de muchos, brilla por su ausencia, hay una gran indolencia de conductores y de autoridades que se hacen la «vista gorda».
La AMET dijo que por transitar por zona prohibida, a Parreño Liriano se le impondrá una contravención y será remitido por ante el Tribunal de Tránsito, para los fines legales correspondientes, pero no es sólo eso, esta persona debe ser impedida de tener un volante en sus manos, no multarle solamente, o acaso fue un chiste lo que hizo.
La verdad es que la capacidad de asombro, para lo que hacen algunos conductores ya se acabó, sólo basta con decir que si el semáforo cambió a verde para usted, no cruce de inmediato hasta no percatarse de que un patanista, autobus, motoristas o automovilista decidió irse en rojo, ante la indiferencia de los Amet.
Su irresponsabilidad al tomar el carril contrario provocó 18 muertes
Por lo menos el director de la AMET, general Frener Bello Arias, dispuso profundizar las investigaciones para establecer las circunstancias por las cuales fue puesto en libertad Parreño Liriano, tras el accidente ocurrido en la carretera Sánchez-Nagua.
El accidente que provocó Liriano, cuando conducía la patana que chocó un camión que transportaba a un grupo de evangélicos en la carretera de Sánchez-Nagua, en Samaná, consternó a toda la sociedad dominicana. A raíz de la investigación realizada, la AMET determinó la culpabilidad de Liriano quien transportaba un furgón y tomó el carril contrario provocando el choque con el camión que ocupaban los evangélicos.
Contra este conductor la jueza del Juzgado de Paz del municipio de Sánchez, Mayra Josefina Lora, dictó tres meses de prisión como medida de coerción, pero se desconoce el curso que tuvo su caso en los tribunales.
Cuatro meses después cometió otra acción de manejo temerario en la avenida Winston Churchill, en pleno centro de la ciudad de Santo Domingo al atravesar un paseo para bicicletas.
Los patanistas manejan temerariamente, no obedecen
Sobre los hombros del patanista Parreño pesan las muertes de la joven Leonarda Hernández de los Santos, quien tenía siete meses de embarazo, y expiró horas después del accidente en el hospital público Antonio Yapur de Nagua.
También las muertes de los pastores evangélicos Amado Rosario y Elba Adames, así como la hermana de ésta, Tolón Adames.
En ese accidente que ocurrió porque el patanista salió de su carril para rebasar a otro vehículo, maniobra con la que se encontró de frente el camión cargado de personas, también murieron Bernarda Javier, Verónica de los Santos, María Magdalena Ricardo, Paulina Hernández, Elaine Acosta Severino, Rafael Santana Medina, Bernardo de los Santos, Pablo Martínez y Timoteo Gerónimo.
Murieron, asimismo, Bernardo de los Santos Paulino, Bernardo Oviero, Antonio Oviero, Antonio Gerónimo, Juan Frías Paredes y Wilfredo Javier.
En tanto que resultaron heridas otras 22 personas, incluyendo Parreño.
Ojalá que ahora se haga justicia, porque no es posible que un asesino en potencia siga transitando con un volante en sus manos.