Margarita Brito Fco.
República Dominicana desaprovecha oportunidades de promoción en importantes ciudades del exterior, un reciente ejemplo es la celebración en la ciudad de Lyon, Francia, de las fiestas Consulares, donde la participación dominicana fue francamente deprimente.
Lyon es una gran urbe, segunda en importancia de Francia, donde cada año se realiza esta celebración con la participación de decenas de países, en esta oportunidad 57 naciones la mayoría de las cuales buscan presentar lo mejor de sus tradiciones y costumbres: su cultura.
República Dominicana es una de las participantes, sin embargo, aunque la decoración de su stand, con poster y pinturas estuvo bien, no fue asi con su personal. Apenas en el lugar había una persona y las escasas personas que se acercaron hacía el pabellón dominicano, no había quien le ofreciera ni que fuera un brochure del país.
Mientras stand de otras naciones ofrecían degustaciones, actividades para los niños y niñas, o tenían artistas interpretando canciones típicas, en el de República Dominicana ni siquiera hubo un equipo stereo con música criolla como bachata o merengue. El silencio era sepulcral, mientras otras delegaciones mostraban trajes tipicos y danzas autóctonas.
República Dominicana desaprovechó dos días de fiestas y exposiciones para mostrar que no sólo se produce café en Colombia o tabaco en Cuba y para ofrecer degustaciones del ron dominicano,o mostrar su artesanía.
Mientras en el stand de México se invitaba a los niños a inscribirse en talleres de elaboración de manualidades, o en el de Marruecos se rifaban pasajes y estadías en su país, en el stand dominicano no hubo ninguna actividad y ni siquiera hubo una presentación artística de merengue en la tarima principal, como hicieron los consulados de otras naciones.
Fue deprimente para el grupito de dominicanos que acudió al stand del país y se marcharon decepcionados, muy diferente a la gente como por ejemplo chinos, que orgullosos vieron desfilar a sus nacionales bailando la danza del dragón.
Lo cierto es que a estos festejos asisten durante dos días miles de personas, lo que da una excelente oportunidad a los países de dar a conocer su cultura y parte de lo que producen, pero el país no supo aprovechar tan importante escenario y es penoso.
