Oscar Jaenada
Oscar Jaenada

La exhibición de un nuevo filme sobre la vida del famoso comediante mexicano Mario Moreno, «Cantinflas», provocó una verdadera «cantinflamanía» a nivel popular en este país.

La exhibición de un nuevo filme sobre la vida del famoso comediante mexicano Mario Moreno, «Cantinflas», provocó una verdadera «cantinflamanía» a nivel popular en este país, sin faltar también las críticas sobre los aspectos sombríos de su trayectoria pública.

La cinta sobre este personaje del cine, cuya fama traspasó fronteras y se proyectó hacia América Latina y España, e incluso más allá con su filme hollywoodense «La vuelta al mundo en 80 días», que le hizo ganar el «Globo de Oro», es protagonizada por el español Oscar Jaenada y dirigida por Sebastián del Amo.

La nueva película se convirtió en una de las más vistas del cine mexicano contemporáneo, a una semana de su estreno, tras ser aclamada en el Festival de Cine de Guadalajara y en Los Angeles.

Además, fue elegida para competir por la nominación al Oscar a la Mejor Película Extranjera, aunque algunos dudan que sea escogida para la terna final.

Todo esto ha impulsado la venta de numerosos artículos de «memorabilia» sobre Cantinflas, que representaba a un «peladito», como se llamaba en los años 40 y 50 a los jóvenes desempleados de barrios pobres, pero dotado de un ingenio nato que con su hablar enredado lo hacía eludir cualquier conflicto.

Cantinflas hacía reír al mismo líder cubano Fidel Castro y a su compañero de armas Ernesto «Che» Guevara. Este último vio varias veces la película «Abajo el telón» mientras vivía en México, preparando la Revolución Cubana, según testimonios.

El actor, fallecido en abril de 1993, y cuyos filmes siguen proyectándose cada fin de semana por la televisión local, aportó un nuevo término al diccionario de la Real Academia, cantinflear, que significa «hablar de forma disparatada e incongruente sin decir nada».

El hijo del mimo, Mario Moreno Ivanova, que mantiene desde hace mucho una disputa por los derechos de las películas de su padre con su primo Mario Moreno Laparade, creó la empresa Cantinflas World, que se encarga de producir lo mismo remeras que juguetes y muñecos de felpa, donde el actor aparece caricaturizado como buzo, aviador o astronauta.

Ya desde inicios de los 70 apareció la primera serie de dibujos animados por la TV llamada «Cantinflas Show», que tuvo gran éxito y tenía un sentido didáctico, y ahora se planea un concepto más contemporáneo en tercera dimensión.

La resurrección de esta figura en el imaginario social ha generado también algunos debates sobre su filmografía y sobre sus distintas facetas como actor, filántropo y dirigente sindical, donde no faltan las críticas por lo que algunos llaman la «doble moral» de Cantinflas, que separa a Mario Moreno, el actor, de su personaje.

El crítico de cine Leonardo García Tsao, ex director de la Cineteca Nacional de 2006 a 2010, considera que la película está «mucho más atenta al mito que a la realidad» de Mario Moreno, aunque elogia la actuación de Jaenada.

Otros intelectuales recuerdan que Cantinflas era un hombre soberbio y prepotente cuando estaba en la cúspide de su carrera.

«El personaje no sólo no es simpático, contra lo que uno supondría, sino que ni siquiera cantinflea: se limita a contestar en tono prepotente una que otra pregunta con monosílabos», dijo la escritora Elena Poniatowska, que lo entrevistó.

El llamado «Chaplin mexicano» empezó a ser llamado Cantinflas cuando actuaba en el teatro callejero y el público le preguntaba «en qué cantina inflas» (bebes)», según algunas versiones.

Los críticos estiman que hay «un Cantinflas» de sus primeros tiempos, cuando filmaba en blanco y negro y aparecía más auténtico, y en su segunda etapa, a partir de los 50, cuando hizo cintas a color de tono moralista como «El bombero atómico», «Si yo fuera diputado» o «Caballero a la medida». El escritor José Agustín recuerda que, cuando «cambió de estatus social» en los años 50, «se inició el aparatoso descenso cualitativo de Cantinflas» para convertirse en un «pésimo remedo de sí mismo y un triste bufón de la burguesía».
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Por Margarita Brito

Periodista con más de 20 años de experiencia en radio, televisión y prensa escrita. Esposa, madre y abuela. Escribo porque me gusta y porque nada me es ajeno.

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