Madrid, España.
Miles de personas se concentraron hoy en la céntrica Puerta del Sol de Madrid a favor de un sistema republicano y para pedir la celebración de un referéndum sobre la continuidad o no de la monarquía en España.
Según agencias internacionales, organizaciones republicanas y afines convocaron la manifestación pocas horas después de conocerse la decisión del rey Juan Carlos de abdicar en su hijo, el príncipe Felipe de Borbón.
Al menos 1.500 personas habían respondido a la convocatoria a la hora prevista de su inicio, según datos de la Policía, que indicó que posteriormente el número de manifestantes iba en aumento.
Los participantes, convocados por colectivos y movimientos sociales bajo el lema «Jaque a la Monarquía. Procesos constituyentes», pedían un referéndum sobre la continuidad de la monarquía.
Las autoridades consideraban ilegal esta protesta porque no se pidió permiso para su celebración.
Los manifestantes se congregan en un ambiente tranquilo, pacífico y con numerosas banderas republicanas, gritando consignas como «Lárgate, Felipe, rájate», «El Borbón, sin pensión» o «España mañana será republicana».
A la convocatoria se han adherido cinco diputados del Partido Izquierda Unida, encabezados por su coordinador general, Cayo Lara, y miembros de formación ecologista Equo, encabezados por Juan López de Uralde.
Lara declaró que «la república no ha llegado todavía pero ya está cerca con la abdicación del rey» y sostuvo que «es el momento de dar la palabra al pueblo soberano para que los ciudadanos decidan» si quieren una monarquía o una república».
La maldicón del elefante
En abril de 2012 un desafortunado incidente que se hizo público pareció abrir definitivamente la caja de pandora de los males sobre la monarquía española.
Entonces tuvo que ser operado de una fractura múltiple de cadera que se produjo -según las informaciones publicadas por medios españoles- mientras se encontraba cazando elefantes en África.
En lo que coinciden los analistas es en que el episodio de Botsuana llegó en un mal momento para la monarquía española, que todavía lidia con las consecuencias de la crisis desatada por la implicación del marido de la Infanta Cristina, Iñaki Urdangarín, en una trama de corrupción.
Cuando estalló ese escándalo, la Casa del Rey tuvo el gesto de hacer públicas parcialmente sus cuentas por primera vez, como muestra de transparencia.
«La Corona no puede tolerar en forma alguna acciones o actitudes de personas que pretendan interrumpir por la fuerza el proceso democrático»
Juan Carlos I de España, en 1981
Para entonces, ya se había roto una especie de pacto no escrito, y la balanza de opinión, que hasta entonces lo estimaba como un popular monarca en su país y en Iberoamérica, se inclinó al otro lado.
Según una encuesta publicada en septiembre de 2013 por el diario El País, el 53% de los españoles desaprobaba la manera en que conducía sus asuntos como rey. En otro sondeo de mayo pasado, la valoración de la institución de la Corona recibió un puntaje de 3,72/10.
Sin embargo, hasta ahora había resistido las presiones a hacerse a un lado, a tomar la decisión en estos momentos.