Papa Benedicto XVI
Papa Benedicto XVI

Ciudad del VaticanoEl papa Benedicto XVI afirmó hoy que el amor a Dios y al prójimo son «dones inseparables», que mantienen entre sí una «relación recíproca» dentro de un mismo mandamiento y que nos pueden llevar a conseguir la armonía y la paz en nuestras familias, comunidades y países.

Durante el rezo del Ángelus dominical desde la plaza de San Pedro del Vaticano, el pontífice aludió además al «Tratado del amor de Dios» del español san Juan de Ávila, recientemente proclamado doctor de la Iglesia, para hablar del «mandamiento del amor», el tema que propone el Evangelio este domingo.

«Antes que ser un mandamiento, el amor es un don, una realidad que Dios nos permite conocer y experimentar para que, como una semilla, pueda germinar también dentro de nosotros y desarrollarse en nuestra vida», dijo Benedicto XVI.

«Si el amor de Dios ha echado raíces profundas en una persona, esta está en disposición de amar también a quien no lo merece, como precisamente hace Dios con nosotros. El padre y la madre no aman a los hijos solo cuando lo merecen: los aman siempre, aunque naturalmente les hacen entender cuando se equivocan», agregó.

En esa «relación recíproca» entre el amor a Dios y al prójimo, Benedicto XVI aseguró que se produce también el «camino inverso», es decir, que si el ser humano se abre al prójimo tal y como es, si va a su encuentro, puede llegar a «conocer a Dios, a sentir que existe y que es bueno».

«Amor a Dios y amor al prójimo son inseparables y mantienen una relación recíproca. Jesús no inventó ni el uno ni el otro, sino que reveló que estos son, en el fondo, un único mandamiento y lo hizo no solo con la palabra sino, sobre todo, con su testimonio», indicó el papa.

«Amando a Dios, el único, y amando a nuestro prójimo como a nosotros mismos, construimos la armonía y la paz en nuestras familias, en nuestras comunidades y en nuestros países», añadió el pontífice.

«Con el mandamiento del amor que se proclama hoy en el Evangelio, Jesús nos indica cual ha de ser nuestra actitud hacia su palabra: escucharla, meditarla y guardarla en el corazón, haciendo de nuestra vida un testimonio gozoso y continuo de caridad», dijo en español.

Por Margarita Brito

Periodista con más de 20 años de experiencia en radio, televisión y prensa escrita. Esposa, madre y abuela. Escribo porque me gusta y porque nada me es ajeno.

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