Barak Obama

El demócrata Barack Obama, el primer presidente negro estadounidense, fue re-electo ayer en la presidencia de los EE.UU. tras vencer al candidato republicano Mitt Romney gracias al voto decisivo de las minorías.
«Esto sucedió gracias a ustedes. Gracias», dijo Obama inmediatamente. El voto hispano, el afroestadounidense, el voto de las mujeres y de los jóvenes volvió a ser decisivo en esta contienda. Su victoria en los decisivos Estados de Iowa y Ohio facilitaron su re-elección.
Desde hace medio siglo, ningún presidente ha conquistado la presidencia de Estados Unidos sin imponerse también en el crucial Ohio, que aporta 18 votos electorales y ayer permitió a Obama asegurarse la cifra mágica de 270 para continuar cuatro años más en la Casa Blanca.
Millones de electores hispanos en Estados Unidos votaron ayer martes favoreciendo al aspirante demócrata a la relección, Barack Obama, según los sondeos, a excepción de Florida, un estado clave donde el voto cubano se inclinaba hacia los republicanos.
Los republicanos conservaron su mayoría en la Cámara de Representantes, que renovaba sus 435 escaños; mientras en el Senado los demócratas se encaminaban a mantener su corta mayoría de 53 escaños.
Obama pidió un mandato más para enterrar totalmente la crisis económica, instaurar una gran reforma sanitaria y retirar las tropas de Afganistán en 2014.

Mitt Romney reconoce derrota

El aspirante republicano a la Casa Blanca, Mitt Romney, reconoce su derrota y felicitó al presidente, Barack Obama, por su triunfo en las elecciones del martes.

«Acabo de llamar al presidente Obama para felicitarle por su victoria», afirmó Romney ante miles de sus partidarios en el cuartel general de su campaña, en Boston, tras perder los comicios.

«Estos son momentos de grandes retos para Estados Unidos y rezo para que el presidente tenga éxito guiando a nuestra nación», añadió, en un breve discurso de apenas cinco minutos.

A falta de los resultados finales de Florida, Romney logró 206 votos en el Colegio Electoral, mientras que Obama obtuvo 303.

Romney, quien hizo un esfuerzo por no perder la sonrisa tras una noche decepcionante, afirmó que la elección ha terminado y el país se encuentra en «un punto crítico», antes de añadir: «no podemos permitirnos continuar las riñas políticas».

Por ello, pidió que los dirigentes políticos y los ciudadanos «estén a la altura» para buscar la unidad del país, y que demócratas y republicanos, junto con todos los niveles de la administración, «pongan al pueblo por encima de la política».

Romney recalcó, entre los aplausos de sus partidarios, que tanto él como su candidato a vicepresidente, Paul Ryan, se habían «dejado todo» en la intensa campaña.

Mitt Romney agradeció el enorme trabajo de Ryan y de los voluntarios de su campaña, así como el esfuerzo de su esposa, Ann, de la que dijo que «habría sido una primera dama maravillosa».

«Creo en Estados Unidos, creo en el pueblo de Estados Unidos», proclamó.

«Me hubiera gustado tanto haber sido capaz de poder colmar vuestras esperanzas de poder liderar el país en otra dirección. Pero el país ha elegido otro líder, y Ann y yo os pedimos os unáis a nosotros para rezar por él y por este gran país», concluyó Romney.

Mitt Romney pronunció su discurso poco después de hacer una breve llamada a Obama para reconocer su derrota, tal como establece el protocolo electoral estadounidense, una conversación de la que por ahora no se han filtrado detalles.

 

 

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