Margarita Brito

La mayoría de la población estadounidense celebra la elección para un Segundo mandato, del president afroamericano Barak Obama, lo que hace 48 años, en (1964) cuando el que otrora famoso escritor Irving Wallace escribió “El hombre”, libro que trataba sobre la llegada a la Casa Blanca del primer mandatario negro.

El libro de Wallace se convirtió en best seller (de los más vendidos) en los años 70 y 80 en el país, pero como siempre la realidad supera a la ficción, Obama es presidente por segunda ocasión de  la primera potencia mundial

La obra de Wallace planteaba un tema entonces inimaginable: la llegada a la Casa Blanca de un negro como Presidente y en la contraportada planteaba: ¿Puede un negro llegar a ser presidente de los Estados Unidos?

¿Es posible que logre superar las infraanqueables barreras -intereses monopolíticos, grupos de presión, racismo, indiferencia, inoperancia del sistema electoral americano- que indudablemente encontrará a su paso? E incluso en el caso de que consiga franquear todos estos escollos, ¿podrá llevar adelante su empeño de transformar el país, de convertirlo en una auténtica democracia?

Esa cuestión la planteó hace 44 años el escritor de ciencia ficción.  preguntas se volvieron realidad: Obama es Presidente de los Estados Unidos por segunda ocasión.

En la novela titulada “El hombre”,  el presidente del Senado se veía obligado a asumir la presidencia de los Estados Unidos al fallecer quienes le precedían en el cargo.

Se narra todos los contratiempos que tuvo q supercar el nuevo presidente  negro. La  novela fue catalogada dentro del género  ciencia ficción.

Irving Wallace, nacido en Chicago, murió en 1990 sin imaginar que 18 años después un froamericano residente en Chicago y senador por Illinois convertiría su best seller en simple ficción.

Capitolio, en Washington. Esta escena fue escrita hace 44 años en una novela.

El escritor Irving Wallace fue el primero en plantear en un libro de ficción, la posibilidad real de que un miembro de un grupo minoritario, un hombre de raza negra, pudiera llegar a dirigir los destinos de la nación más ponderosa del mundo.

Considerado como uno de los novelistas más exitoso de los años 60 y 70, Wallaceescribió 32 novelas, traducidas a varios idiomas y con ventas millonarias.

Aunque no están entre las mejores de sus novelas -otras como «El Informe Chapman» y «El Premio Nobel» se son auténticos clásicos-, «El Hombre» estuvo durante varios meses en la lista de best-sellers de The New York Times. Fue, además, el quinto libro más vendido de 1964.

La historia se llevó al cine con el título «The Man», en 1972, protagonizada por James Earl Jones, conocido luego por ser la voz de Darth Vader, en la saga de «Star Wars».

«El Hombre» fue escrita en el momento más álgido de la lucha por los derechos de las minorías, cuando a los negros americanos se les negaba profesiones bien remuneradas, viviendas decentes, asistencia a las mejores universidades o, incluso, el libre acceso a sitios públicos.

Wallace describe en su novela a un pueblo norteamericano sin tiempo para madurar, ya que, de la noche a la mañana, un político negro es convertido por un tecnicismo constitucional en Presidente.

 

Muerto el Vicepresidente por una enfermedad terminal y, posteriormente, el Presidente y el Jefe de la Cámara de Representantes en un accidente en Alemania durante una gira, el orden de sucesión recae en la cuarta persona: el presidente interino del Senado.

De esta forma, el azar conduce a que Douglass Dilman, un casi desconocido Senador negro de 50 años, ocupe la Casa Blanca, ante el horror de varios miembros del gabinete y de la prensa conservadora.

«¡La Nación anonadada! Un Presidente de Estados Unidos negro», publica en primera plana un periódico de Nueva York.

Durante las siguientes 700 páginas, con una narrativa ágil y entretenida el lector va descubriendo cómo el Presidente Dilman vence dudas y temores.

«¿Por qué la mano cruel del destino cayó sobre él para hacerlo Presidente?», se preguntaba  Dilman, quien  logra salvar los  difíciles obstáculos quee impiden gobernar, tales como racismo,, intolerancia, grupos de poder y, en especial, su ambicioso Secretario de Estado, Arthur Eaton, quien considera que es él quien debe ocupar la Oficina Oval.

 

Lentamente, el libro va transformándose de una novela de política ficción a una de suspenso.

Acusado por un grupo de políticos, dirigidos secretamente por Eaton, de diversos cargos, entre ellos el de «conducta impropia» en contra de la Secretaria Social, el Presidente Dilman se convierte, también en las letras, en el primer Presidente llevado a juicio ante el Congreso, 10 años antes de lo ocurrido al Presidente Richard Nixon con el caso Watergate.

 

En realidad, el Presidente Dilman sufre más por el color de su piel que por sus acciones.

 

«Nunca antes me he sentido tan avergonzado de mis colegas», afirma un congresista honesto.

En una dramática votación en la Cámara de Representantes, el Presidente Dilman es exonerado de toda acusación por sólo un voto de diferencia a su favor.

La novela concluye cuando Douglass Dilman comprende que, aunque continúa en la Presidencia y las encuestas del público están a su favor, no es del todo un triunfo.

Wallace hace una reflexión, a través del protagonista hasta cierto punto esperanzadora, y que ha hecho, sin duda, eco en las actuales generaciones, de que si el país hubiera estado  preparado para tener un Presidente negro, si lo hubiese electo para tal puesto y que sería un “momento memorable de la historia».

Por Margarita Brito

Periodista con más de 20 años de experiencia en radio, televisión y prensa escrita. Esposa, madre y abuela. Escribo porque me gusta y porque nada me es ajeno.

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