Margarita Brito

estudiantesaspectos importantes de la educación en los barrios de República Dominicana son descuidados, tanto en el hogar como en la escuela, uno de ellos lo que corresponde a ambos: la vestimenta escolar, me sorprende como un aspecto tan  importantes de la educación es descuidad: la vestimenta escolar.

Continúamente veo niños y niñas con su uniforme escolar y  la verdad es que es deprimente mirar a muchos estudiantes un lunes, inicio de semana con sus camisas, faldas o pantalones no sólo sucios, como si ya hubiera finalizado la jornada del viernes, sino totalmente estrujados. Tal parece que sacaron el uniforme del canasto de la ropa sucia. Niños sin bañar.

Medias también sucias y ni que decir de los zapatos. Algunas niñas me pasan por el lado y siento el hedor a orina, como si no se hubieran bañado.

Lo peor es que de seguro a esos niños  y niñas tuvo que haberlos visto su padre, madre o tutor, quienes no repararon en como iban a la escuela. Y si estos no vieron la apariencia de sus hijos o hijas, mucho menos los maestros lo notan.

Recuerdo mis tiempos de estudiante, una de las cosas que los profesores tomaban en cuenta además de la conducta y la urbanidad, era la apariencia personal, pero hoy ni lo notan. Si fuera educadora devolvería de inmediato a su casa a los alumnos que van vestidos en condiciones tan deprimente.

Y no se puede decir que sean pobres, porque la condición de humildad, la  pobreza económica, nada tiene que ver con la limpieza, la higiene y el orden.

Esta forma de vestir es una muestra de como marcha la sociedad,  porque así como se ve la poca higiene en el vestuario, igual puede decirse de los cuadernos, de las tareas sin hacer y que no supervisan los padres y madres.

Vivo cerca de varias escuelas en el popular barrio de Cristo Rey en Santo Domingo, y ya sea de mañana o tarde, es frecuente que a la salida los muchachos y muchachas pasen peleando, diciendo malas palabras y tirando piedras. A veces nos preguntamos de dónde salieron, porque no parece ser de la escuela.

Pero si eso es fuera, dentro de esos centros la situación es peor muchos de los muchachos de por ejemplo, la escuela Santa Martha, ubicada entre las calles Ramón Cáceres, San Juan de la Maguana y avenida Nicolás de Ovando,  casi a diario se arman peleas entre «los chicos» en los cursos.

Los muchachos se insultan y hasta ha habido ocasiones que hasta han salido heridos. La semana pasada supe de una profesora sustituta que al no poder controlar los estudiantes sólo se puso a llorar.

Creo que el Ministerio de Educación debería supervisar más estos centros, porque más que formar hombres de bien estarían preparando futuros delincuentes.

 

 

Por Margarita Brito

Periodista con más de 20 años de experiencia en radio, televisión y prensa escrita. Esposa, madre y abuela. Escribo porque me gusta y porque nada me es ajeno.

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