Margarita Briito
La paz nace del perdón y en estos tiempos cuando parece que la vida no vale nada, en una sociedad donde hasta por un roce y un rayón en el vehículo alguien puede acabar con una vida, donde la venganza es frecuente y el odio y el rencor imperan, debemos reflexionar sobre el perdón y la alegría que produce darlo y recibirlo.
El rencor y la venganza son como grandes sacos de piedra que se llevan a la espalda y no no dejan caminar libres por la vida. Reflexiono sobre esto a propósito de celebrarse el año de la Misericordia, que mejor que perdonar a quienes nos ofenden tal y como Cristo nos enseñó en el Padre Nuestro…»perdona nuestras ofensas, como nosotros perdonamos a quienes nos ofenden».
«El perdón no exime de culpa al ofensor, sino que libera al ofendido, es por eso que se entiende que el perdon s un mecanismo para que nuestro corazón corazón sane las heridas para que nuestra alma brille, para que vaya en aumento», dice Maruchi de Elmúdesi en un art{iculo sobre la alegría que produce dar y recibir perdón, publicado en la revista «Palanca», de la iglesia católica.
Señala que el perdón es una expresión de amor que libera de ataduras al alma y sana el cuerpo y que no implica que el olvido de todo, porque no produce amnesia. que se puede perdonar sin olvidarse del daño que se me hizo, porque «perdonar no es olvidar, sino recordar sin dolor, sin amargura», sin cargar un saco grande de piedras con una herida abierta.
Destaca que la falta de perdón encadena emocionalmente, porque es un como un veneno destructivo.
La humanidad está enfrascada en múltiples conflictos y guerra, mientras el nivel de agresividad en la vida cotidiana y la forma en que se enfrentan requieren una gran necesidad de perdón, sostiene Freddy Contín Ramírez, en Palanca, revista del Movimiento Cursillos de Cristiandad.
Destaca que el mundo está necesitado de un perdón que hable de amor, de solidaridad, unión y comprensión, que sea un reflejo claro de cristianismo, porque el perdón es la gran necesidad del corazón humano.
«El perdón es lo que necesitan las naciones en guerra, lo que necesita el mundo,» donde tenemos resentimientos unos con otros y entender que lo sana el alma es perdonar.