Margarita Brito
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Los buenos o malos actos que hace una persona se devuelven a esta, es karma, la ley y universal de causa y efecto, lo que hacemos regresa a nosotros, es simplemente la ley de causa y efecto. Todo efecto tiene su causa, y cada causa su efecto.
Sentimientos como el odio, las venganzas, el rencor, la envidia, la violencia, dañan a quienes los albergan, a las demás personas y al ambiente, de ahí que se consideran negativos y generan un mal Karma.
Siempre he tenido el lema de hacer bien sin mirar a quien, en ocasiones esa forma de actuar me ha traído confrontaciones con personas que han creído que por ayudar a alguien buscaba algo a cambio, no era así porque simplemente deseaba ayudar.
Esta forma de ser ha atraído la ayuda cuando la he necesitado, a veces en forma asombrosa de personas desconocidas, porque las buenas o malas obras se devuelven:karma.
Por eso en momentos difíciles se que mi karma es positivo: causa y efecto. Nunca he querido hacer daño a nadie, ni siquiera a quien me lo ha hecho a mi. Es mi karma, la ley universal, lo que haces crea una energía que luego vuelve a ti. Si haces algo considerado bueno pues eso es lo que te regresa, como si es a lo inverso, si haces algo malo o negativo, volverá también.
Las buenas acciones son las semillas de la felicidad futura, y las perjudiciales, las de sufrimiento. Estas semillas permanecen ocultas en nuestra mente hasta que producen su efecto, cuando se reúnen las condiciones necesarias para que germinen y crezcan.
Los sentimientos de amor, perdón, compasión, tolerancia, respeto se consideran positivos y generan un buen Karma. Es decir, no es una actitud tonta perdonar una ofensa, ya que quien arrastra rencor y odio puede disfrutar ni vivir su presente.
Si cierras una puerta, si no escuchas, si crees que sólo tu tienes la razón y que si alguien no está de acuerdo a ti, tienes que demostrar que eres quien tiene el poder humillando a quien se te enfrenta, entonces tus acciones volverán a ti, tal vez en el momento en que menos lo esperas. Tu karma.