Patricia Reyna

 

El rol de ser papá tiene una carga o característica definida, que varía según la cultura, la temporalidad y el contexto en que crecemos y visualizamos la vida, los valores que nos definen y los principios que nos acompañan.

Ser proveedor, ser afectivo, ser comunicativo, estar presente en la vida de los hijos, son elementos fundamentales para su sano desarrollo, detalla la terapeuta familiar y de pareja Patricia Reyna, quien analiza  que la pandemia ha creado situaciones en donde muchos rituales se han visto afectados.

Ser papá -afirma- ha ameritado más que nunca la presencia y el compromiso de apoyar la estabilidad en el hogar. Reconociendo que muchas veces, el hombre está viviendo sus propias dificultades económicas, laborales, personales y hasta de parejas.

“Ser padre es enseñar que no somos infalibles pero que aun así buscamos siempre  el cómo estar mejor, el educar en el amor, en el afecto, y buscar soluciones cuando no sabemos o estamos estancados en el proceso de crianza o alguna dificultad que esté impactando de manera negativa en mi vida personal y que se vea reflejada a lo interno de la familia”.

La psicóloga que tiene su consulta en el Centro Vida y Familia explica que ahora los super papá, se vacunan, llevan a sus hijos a vacunar, protegen sus familias cumpliendo con los protocolos sanitarios, cuidado su salud y la de los suyos.

“Para poder estar bien y ejercer una buena parentalidad, debo enfocarme también en mi propio bienestar. Cuidar de mi, me ayuda a poder cuidar de otros”.

Sobre cómo deben los papás manejar sus emociones y los estresores, dice que si sientes que como padre al llegar a casa estás muy cargado, te enojas fácil o tienes problemas de ira, debes comenzar a hacer actividades que te ayuden a desconectar estos detonantes, evitar acumular y disfrutar de un espacio sano de esparcimiento como elemento protector frente a los estresores.

Da como ejemplos caminar, hacer algún tiempo de ejercicio, meditación con atención plena, conocer tus emociones y cómo impactan en ti. Acompáñate de un profesional para que guíe tu proceso y trabajes en tu inteligencia emocional.

Conectando con los hijos

A la pregunta de cómo conectar con los hijos en medio de tanta tecnología, dice que hacer actividades con ellos en el hogar que permitan la interacción directa, es esencial para que aprendan y desarrollen habilidades humanas fundamentales para su sano crecimiento.

Por ejemplo juegos de mesa, comidas familiares, actividades deportivas entre padre e hijos, tomando en cuenta los gustos e intereses de cada uno, es esencial para conectar al mundo emocional de los hijos e hijas y crear un vínculo fuerte. Incluso disfrutar de sus videojuegos juntos.

Ser padre marca la vida de un hombre y de igual forma el cómo lo ejerza, marcará positiva o negativamente la vida de los hijos.

“Muchos de los padecimientos que viven los adultos vienen por heridas emocionales vivenciadas durante el proceso de crianza. Mucho de lo que se sabe al ser padre, se aprende al ser hijo. Siempre como papá tenemos algo que aprender para ejercer un sano estilo de crianza” afirma la profesional.

Sostiene que la comunicación y el tiempo de calidad es importante para conectar emocionalmente con los hijos. Motivarlos a hablar de sus intereses, de lo que sienten, en espacios donde sientan la libertad de expresarse. Abrirse emocionalmente como padres, educar en la comprensión de los hechos y no en el castigo, e incitarlos a la reflexión constante del buen vivir, fortaleciendo los valores y principios que rigen en la familia.

Estos elementos son esenciales para el padre de hoy, biológico o no, el rol parental es vital para generar en los hijos una estabilidad emocional y funcional que asegure recursos resilientes para el bienestar de sus vidas, en todas sus etapas. Siempre que sea necesario, puede acompañarse de un terapeuta familiar que le guíe en este trayecto, concluyó.

Por Margarita Brito

Periodista con más de 20 años de experiencia en radio, televisión y prensa escrita. Esposa, madre y abuela. Escribo porque me gusta y porque nada me es ajeno.

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