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«El mundo cambió y no se sabe cuando volverá la normalidad, pero será una nueva normalidad» por la pandemia del #coronavirus (covid-19), dice la mayoría de la gente.

Y así es, ahora la mayoría trabaja en sus hogares, al igual que los programas de televisión se realizan vía online a la vez que las familias que no viven juntas se mantienen en contacto vía whatsapp facebook u otras redes sociales y los cumpleaños, como dice un spot publicitario «NO tienen location».

En años anteriores la familia y los amigos se reunían para celebrar un año más de vida, compartir un bizcocho y cantar «Feliz cumpleaños», pero está rutina tan común es «historia».

Un ejemplo fue la celebración del cumpleaños de Naim el hijo de mi sobrina, en el cual la familia se reunió…pero a través de la aplicación zoom.com, por este medio logramos tios, hermanos, sobrinos, abuelos y amigos pudimos reunirnos, bromear y desearle felicidades, la mayoría desde diversos puntos de Santo Domingo y algunos tan distantes como Estados Unidos y Chile.

Una normalidad diferente

Salir a la calle ya no es igual, aúnque no vayas lejos, hay que ponerse mascarilla, guantes y gorro (puede ser pañuelo o sombrero) y abrigo, aunque estos últimos accesorios muchos no lo usen.

En un país donde siempre hace calor es asfixiante, llevar este atuendo, bajo un sol abrasador.

Ir al banco, farmacia o al supermercado, únicos lugares donde se puede ir en cuarentena por covid-19, se ha convertido en toda una odisea, tanto por el temor al contagio, como por las largas filas y una vez dentro estar atento a mantener el distanciamiento que muchos no toman en cuenta.

Mientras el calor y la mascarilla te dan una sensación de estar asfixiándote y gotas de sudor te corren bajo el «bozal» (como decimos en broma, ya que estos son para los animales), por torax y espalda.

Una psicosis de usar «manitas limpias» aún con los guantes puestos y ya de regreso a casa el ritual que hay que seguir: Lo primero es quitarte los zapatos y desinfectarlos, también quitarte guantes y mascarilla.

La ropa ya no la lavamos, la dejamos al sol todo el día y luego hay que proceder a lavar y desinfectar todo lo comprado, primero dejarlo varias horas en agua de cloro o de vinagre con sal y luego proceder a lavarlos con jabón. Y las manos? Es increíble, pero en un día podemos lavarla decenas de veces.

En días pasados fui al super, lo pensé mucho para salir, ya sabía lo que me esperaba, pero lo que no pensé fue cómo los guantes de goma pondrían mis manos, parecían estar salcochadas luego de más cuatro horas con ellos puestos.

La realidad es que la normalidad, la rutina diaria como la conocíamos antes cambió y hay que adaptarse y dar gracias a Dios porque estamos sanos.

Por Margarita Brito

Periodista con más de 20 años de experiencia en radio, televisión y prensa escrita. Esposa, madre y abuela. Escribo porque me gusta y porque nada me es ajeno.

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