Margarita Brito

En ocasiones sentimos que la rutina nos arropa, que todos los días hacemos las mismas cosas. Nos levantamos, nos bañamos, desayunamos, vamos a la escuela o al trabajo, regresamos a la casa, cenamos, vemos un poco de televisión, nos acostamos, dormimos y con un nuevo día repetimos las mismas acciones del día anterior, como si el tiempo se hubiera detenido, pero no es así.

Es como si viviéramos escenas de la película «El día de la marmota o Hechizo del tiempo», con Bill Murray (Phil Connors ) y Andie MacDowell (Rita).

Phil se encuentra repitiendo una y otra vez el mismo día: el «Día de la Marmota». Después de entregarse al hedonismo y de numerosos intentos de suicidio, comienza a reexaminar su vida y sus prioridades.

Descubre que es el único consciente de ese extraño fenómeno y decide aprovechar la información que obtiene cada día para beneficiarse «al día siguienteNo obstante, decide aprovechar el día que se repite para ayudar a los demás y mejorar como persona.

En la vida real lo que creemos que es la rutina diaria, la mayoría de las veces no lo es. Ese diarismo se ve salpicado de acciones, de vivencias, que de repente sacan de la cotidianidad. Aunque pueden ser positivas como negativas.

Hace unos meses una amiga que como todos los días salió hacía la escuela laboral donde estudia, estando en el aula todo era la rutina de las clases, pero a media mañana la directora invitó a las que quisieran a asistir a una reunión con representantes de un banco comercial.

Con las explicaciones recibidas se dio cuenta de que podría recuperar miles de pesos de una cuenta que tenía, para ella el día que comenzó como siempre se transformó al asistir a la reunión que surgió de repente.

En ocasiones puede ser un viaje, una salida al cine, a cenar, a visitar a una amiga y hasta ir al médico por cualquier dolencia.

Lo cierto es que aunque parezca que todo lo que hacemos es rutinario, no lo es. Casi a diario se producen pequeñas acciones para salir del diarismo rutinario y hacer cosas diferentes que en ocasiones no notamos.

 

Por Margarita Brito

Periodista con más de 20 años de experiencia en radio, televisión y prensa escrita. Esposa, madre y abuela. Escribo porque me gusta y porque nada me es ajeno.

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