Margarita Brito

La gente alrededor del mundo ha degenerado y se han perdido tanto los valores que no es raro ver como muchas personas son capaces de todo, hasta de matar, por dinero, joyas, ropa o simple placer.

Mujeres y hombres son capaces de hacer las cosas más degradantes por dinero, para lograr un escalar, tener un mejor nivel social, sin importarles nada, sólo lo económico y lo peor es que muchos padres y madres les aplauden.

Los hay también que por una tarjeta verde o «green card», para residir en Estados Unidos, hacen lo que sea.

Traigo a colación lo que me contó una odontóloga residente en Estados Unidos, como un ejemplo de lo que mucha gente es capaz para lograr  el objetivo citado.

Según narró, un joven amigo de ella que vivía en Santo Domingo, era homosexual, pero no salió del closet hasta llegar a Estados Unidos, donde hizo residencia.

Este joven se enamoró de otro mexicano y las cosas llegaron tan lejos, que  se casaron y el «esposo» hasta lo llevó a México a conocer a la familia.

El matrimonio duró los cuatro años que el mexicano necesitó para que el gay dominicano le hiciera los papeles, una vez conseguida la residencia le dejó y se casó con una mujer.

Y es que los valores se han perdido, aunque definitivamente el dinero es necesario para vivir, no puede ser lo más importante en la vida, porque hay cosas  que como decía un anuncio publicitario, que «no tienen precio», una de ellas la integridad y el valorarse como persona.

Por Margarita Brito

Periodista con más de 20 años de experiencia en radio, televisión y prensa escrita. Esposa, madre y abuela. Escribo porque me gusta y porque nada me es ajeno.

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