Angel de la guarda

Margarita Brito

Los ángeles, aunque no los vean están ahí y te cuidan, Dios puso a nuestra disposición un Ángel Guardián para asistirnos en todo nuestro viaje en la Tierra. Ellos están a nuestro lado, siempre en alerta para protegernos.

Existen múltiples testimonios de personas que afirman haberle visto y que le ha ayudado. Aunque no he visto a mi ángel de la guarda, si lo he sentido en diferentes ocasiones y ha salvado mi vida en otras tantas.

Quizás muchos excépticos no crean en los ángeles, pero hay miles de testimonios que lo confirman.

Recuerdo que hace unos años iba a la avenida Mella a realizar unas compras y para acercarme hasta allí abordé unas guaguas de las llamadas voladoras (por la forma de conducir de los choferes de este tipo de vehículos.

Al doblar la esquina de la calle Benito Monción le pedí al chófer que me dejara, pero este no paró del todo y cuando quise poner mis pies en el asfalto, no pude y caí boca arriba en medio de la calle, gracias a Dios que no venía otro vehículo detrás.

Lo cierto es que fue una fuerza superior, yo creo mi ángel de la guarda, que me salvó ya que sentí  que me agarraron la cabeza para que no diera con el pavimento, aunque todo mi cuerpo, con excepción de la cabeza sintió el impacto y durante más de una semana sentí  dolor en todo el cuerpo.

En otra ocasión iba manejando hacía mi trabajo por la avenida 27 de Febrero y al cruzar el semáforo de la Winston Churchill un agente de la Amet me mandó a parar, a pesar de que no había cruzado en rojo. Paré el carro y  el policía de inmediato buscó su libreta para ponerme una multa que no se justificaba.

Pero no se como, o sí lo se, mi ángel de la guarda intervino, porque no se explicaba cómo la libreta voló más de cuatro metros de donde nos encontrábamos y cada vez que el policía intentaba agarrarla la libreta, esta se iba volando más y más lejos. Al final, luego de varios minutos el agente optó por decirme que siguiera mi camino, porque no lograba atrapar la libreta de multas, yo estaba asombrada.

Podría seguir dando ejemplos, pero existen cientos de páginas que hablan sobre los milagros de los ángeles.

Angel de la guarda
Angel de la guarda

Lo cierto es que desde muy pequeña mi mamá me acostumbró a rezar a mi ángel de la guarda, costumbre que también inculqué a mis hijas y ellas a mis nietos y aunque quizás no estén de acuerdo me parece una buena costumbre, sobre todo en estos tiempos tan convulsivos, cuando la protección de Dios se hace tan necesaria.

Por Margarita Brito

Periodista con más de 20 años de experiencia en radio, televisión y prensa escrita. Esposa, madre y abuela. Escribo porque me gusta y porque nada me es ajeno.

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