Margarita Brito
Si alguien me preguntará quien es mi funcionario favorito, diría sin pensarlo mucho que es el actual ministro de Educación y ex ministro del Ministerio de Relaciones Exteriores, Andrés Navarro, a quien no conozco personalmente, pero cuyo accionar he observado a través de los medios de comunicación del país, tusolcaribe, entre estos.
Y es que Navarro sabe tratar con la gente y al parecer es incansable en su trabajo, tratando de sentir e ir acorde con el corazón de la gente, sin importar su jerarquía económica y social.
Como canciller lo vimos le vimos tratar con importantes personalidades internacionales y actuar de acuerdo a las necesidades del país.
La exitosa Cumbre de jefes de Estado y de gobiernos realizada en el país hace unos meses, fue un ejemplo. Una vez pasado este evento resaltó la labor realizada por todo su equipo de la Cancillería, sin quienes naturalmente, no habría podido realizar tan buen trabajo.
Pero Navarro pasó del traje y la corbata, que usaba como canciller, a mera camisa manga corta como ministro de Educación (sólo viste formal cuando la ocasión lo amerita y la mayoría de las veces más sport sin la corbata), y lo que para mi, no sé para otros, me ha resultado más sorprendente es verlo reunirse con los
maestros , no sólo con la directiva de la Asociación Dominicana de profesores, tanto en la capital como en los pueblos del interior.
Navarro a mi entender, ha sabido interpretar la forma de gobernar del presidente Danilo Medina colocando en el primer lugar a la gente, oyendo sus quejas y demandas y tratando de buscar soluciones.
Tras el paso del huracán Matthew de inmediato visitó las escuelas más dañadas por el fenómeno atmosférico y dispuso su inmediata reparación.
Pero también escucha el parecer de los estudiantes y hasta almuerza con estos, como pudo verse el pasado martes en San Cristóbal.
No se hasta cuando durará la «luna de miel» del ministro Andrés Navarro con los maestros y el gremio que los agrupa, pero yo espero que el funcionario siga buscando el diálogo,y buscando soluciones por lo menos a los problemas más inmediatos del sector educativo, para queden atrás las huelgas y los enfrentamientos.