Margarita Brito

Aunque está prohibido a diario es común ver motoristas en los elevados.
Aunque está prohibido a diario es común ver motoristas en los elevados.

Cada vez que estoy en un semáforo esperando que cambie al verde para seguir, si de repente se para un motorista al lado de mi vehículo, me pongo en alerta y trato de echar un poco hacía adelante por si acaso tengo que acelerar.

Y es que no son uno ni dos los casos de motoristas que intentan atracar a los conductores y los asesinatos que delincuentes motorizados cometen comúnmente, ya sea para asaltar, quitar el arma a quien han detectado que la tiene o matar sea para robar o por encargo.

Mi propio sobrino fue interceptado por dos hombres que viajaban en un motor, en la avenida San Martín con Ortega y Gasset, cuando esperaba el cambio del semáforo. Haciéndose pasar por policías le conminaron a que le dejara el asiento del conductor a uno de ellos,

Gracias a Dios que el fue hábil y le dijo que «mi carro lo manejo yo, siéntate al lado», le dijo, pero cuando fue abrir la puerta, algo le dijo a mi sobrino que eran atracadores, por lo que aceleró y se fue. No obstante, lo persiguieron y le dispararon, aunque no lograron alcanzarlo, por suerte. Eran las 12 de la noche.

Para los motoristas «sin ser delincuentes comunes» no hay ley, se van cuando  el semáforo está rojo, se meten en vía contraria sin importar que pueden causar accidentes, hacen como que van a doblar al vehículo que va derecho, para meterse en medio para cruzar, provocando frenazos y que casi le choquen, pero no se dan por enterados.

Con miles de motores en las calles, cuando un semáforo cambia a rojo, estos se meten delante de los vehículos impidiendo el avance, cuando están distraídos y cambia a la luz  verde.

En varias ocasiones he sido testigo sin querer de asaltos a transeúntes, cuando dos individuos circulan en vía contraria en motor. El susto no ha sido poco, pues al estar armados he temido por mi integridad física.

En una ocasión, cuando regresaba a mi casa, ví como dos motoristas subían a un camión que iba hacía la Manicera, en la calle Juan Alejandro Ibarra, sin que el conductor se diera cuenta uno de ellos tiró varias cajas hacía la calle.

El tipo hasta se cayó del camión, pero sin mente se volvió a subir para seguir con su tarea. Tuve la desgracia de ir entre el camión y los motoristas, gracias a Dios puedo contarlo. Cuando el conductor y su ayudante vinieron a darse cuenta del robo, porque toqué bocina, los ladrones, que lograron hacerse de varias cajas, se metieron vía contraria y huyeron.

Motoristas transitan por uno de los elevados
Motoristas transitan por uno de los elevados

Las autoridades tienen que ponerse fuerte con los motoristas, aunque en los últimos tiempos he visto que hacen redadas, pero deben obligarlos a cumplir con las leyes de tránsito, como forma de frenar un poco la delincuencia.

Por Margarita Brito

Periodista con más de 20 años de experiencia en radio, televisión y prensa escrita. Esposa, madre y abuela. Escribo porque me gusta y porque nada me es ajeno.

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