Margarita Brito
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La amistad es un tesoro invaluable, que quien lo encuentra debe valorar como un diamante muy preciado, si la tienes protéjela y guardala como la joya que es, pues como tesoro al fin pocas veces se encuentra. El escritor italiano Alberto Moravia decía que » La amistad es más difícil y más rara que el amor. Por eso, hay que salvarla como sea».
En ocasiones compartes con personas que piensas que son amigos, compartes con ellos en momentos dolorosos de pérdidas de familiares o de enfermedades de estos, te unes a estos en almuerzos o cenas en tu casa o la de estos y piensas que son amigos sinceros, pero no es así, simplemente te conocen.
A la menor oportunidad pueden darte la peor sorpresa, en especial si piensan que no estas a su nivel, te dan la espalda y hasta una puñalada no física sino emocional. Esos «amigos» de ocasión no estarán cuando los necesites, al contrario pueden hundirte más, pero el verdadero estará en los momentos más tristes, cuando lo necesites.
Un amigo quiere tu bien, deja los super egos a un lado y cuando lo necesitas está ahí para ti.
Existen muchos “amigos” que te hacen reir, pero el verdadero amigo a veces te hará llorar, porque es capaz de decirte la verdad de frente, cuando otros no lo hacen y a tus espaldas te murmuran.
Un amigo comparte contigo tus momentos tristes y está cuando lo necesitas.
Un amigo no te hace creer que te ama, ni que haces las cosas bien, ni por detrás te critica y dice cosas de ti.
Un verdadero amigo te perdona cuando cometes alguna falta, no te critica ni es vengativo por algo que considera que has hecho mal.
El verdadero amigo aunque difiera de tus ideas, sigue ahí cuando lo necesitas no te da la espalda, ni te ofende. Si estas feliz, el verdadero amigo está feliz por ti.
Decía el presidente de de Estados Unidos Benjamín Franklin: «Tómate tiempo en escoger un amigo, pero sé más lento aún en cambiarlo.