Papa Francisco
Papa Francisco

El Vaticano. Roma. El Papa Francisco pidió este jueves realizar acciones inmediatas para salvar el planeta de su ruina medioambiental y exhortó a los líderes mundiales a escuchar «el clamor de la tierra como el clamor de los pobres», involucrando a la Iglesia Católica en la controversia política sobre el cambio climático.

En la primera encíclica dedicada al medio ambiente, el Papa pide una actuación decidida para detener la degradación medioambiental y el calentamiento global, respaldando abiertamente a científicos que dicen que está generado en su mayor parte por el hombre.

Subraya que el tiempo se agota para salvar un planeta que «parece convertirse cada vez más en un inmenso depósito de porquería». «Una vez más, conviene evitar una concepción mágica del mercado, que tiende a pensar que los problemas se resuelven sólo con el crecimiento de los beneficios de las empresas o de los individuos».

También rechazó la eficacia de los permisos para emitir dióxido de carbono (CO2), asegurando que parecían una «solución rápida y fácil», pero que podrían conducir «a una nueva forma de especulación» que mantiene un consumo excesivo y no permite el «cambio radical» que es necesario.

En la encíclica «Laudato Si (Alabado seas). Sobre el cuidado de la casa común», el Santo Padre demanda un cambio del estilo de vida de los países ricos inmersos en una cultura de consumo «inmediatista» y el final de las «actitudes que obstruyen» y ponen los beneficios por delante del bien común.

El pronunciamiento papal más polémico en medio siglo desató la ira de los conservadores, entre ellos aspirantes republicanos a la presidencia de Estados Unidos, quienes le criticaron por inmiscuirse en la ciencia y la política, pero también elogios de científicos, Naciones Unidas y activistas contra el cambio climático.

En una conferencia de prensa para presentar el documento, el cardenal Peter Turkson, uno de los principales colaboradores de Francisco, rechazó las críticas de políticos estadounidenses antes de la publicación.

«Sólo porque el Papa no sea un científico no significa que no pueda consultar a científicos», dijo Turkson.

El mensaje a los 1.200 millones de fieles católicos, el más polémico desde que el Papa Pablo VI publicó en 1968 la encíclica Humanae Vitae defendiendo la prohibición de la iglesia a la anticoncepción, podría alentar a católicos de todo el mundo a presionar a los legisladores sobre asuntos de ecología.

Se concentran en enmascarar los problemas

El pontífice de origen argentino de 78 años denunció la «miopía de la construcción de poder» que ha retrasado medidas medioambientales amplias. Sostuvo que «muchos de aquellos que tienen más recursos y poder económico o político parecen concentrarse sobre todo en enmascarar los problemas o en ocultar los síntomas».

La encíclica consolida aún más el papel del Pontífice como diplomático mundial después de que el año pasado medió para que Cuba y Estados Unidos se sentaran en la mesa de negociaciones.

El Papa rechazó el argumento de que la «economía actual y la tecnología resolverán todos los problemas ambientales, del mismo modo que se afirma, con lenguajes no académicos, que los problemas del hambre y la miseria en el mundo simplemente se resolverán con el crecimiento del mercado».

«Las predicciones catastróficas ya no pueden ser miradas con desprecio e ironía. A las próximas generaciones podríamos dejarles demasiados escombros, desiertos y suciedad», escribió el pontífice en el documento de casi 200 páginas.

«El ritmo de consumo, de desperdicio y de alteración del medio ambiente ha superado las posibilidades del planeta, de tal manera que el estilo de vida actual, por ser insostenible, sólo puede terminar en catástrofes, como de hecho ya está ocurriendo periódicamente en diversas regiones», dijo.

La publicación del texto precede a discursos de septiembre ante Naciones Unidas y el Congreso de Estados Unidos sobre desarrollo sostenible.

Cambio climático uno de los principales desafíos

Tras afirmar que asumía «los mejores frutos de la investigación científica actualmente disponible», Francisco calificó el cambio climático como «uno de los principales desafíos actuales para la humanidad» y dijo que las naciones pobres son las que más sufrirán.

En varios pasajes de la encíclica de seis capítulos, Francisco se enfrenta tanto a quienes niegan el cambio climático como a quienes dicen que no es por culpa del hombre.

«Hay un consenso científico muy consistente que indica que nos encontramos ante un preocupante calentamiento del sistema

climático», dijo. «La humanidad está llamada a tomar conciencia de la necesidad de realizar cambios de estilos de vida, de producción y de consumo, para combatir este calentamiento o, al menos, las causas humanas que lo producen o acentúan», añadió.

Francisco pidió políticas que reduzcan «drásticamente» los gases contaminantes «reemplazando la utilización de combustibles fósiles y desarrollando fuentes de energía renovable».

En un pasaje que probablemente molestará a los conservadores, dijo que «se vuelve indispensable crear un sistema normativo que incluya límites infranqueables y asegure la protección de los ecosistemas».

Uno de los principales asuntos en la encíclica es el de la disparidad de la riqueza.

«Dejamos de advertir que algunos se arrastran en una degradante miseria, sin posibilidades reales de superación, mientras otros ni siquiera saben qué hacer con lo que poseen, ostentan vanidosamente una supuesta superioridad y dejan tras de sí un nivel de desperdicio que sería imposible generalizar sin destrozar el planeta», dijo.

Por Margarita Brito

Periodista con más de 20 años de experiencia en radio, televisión y prensa escrita. Esposa, madre y abuela. Escribo porque me gusta y porque nada me es ajeno.

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