En una hazaña sin precedentes, como un hito para la historia de la exploración espacial: una sonda europea consiguió posarse en un cometa.
Tras viajar diez años a través del Sistema Solar, la sonda Rosetta lanzó el módulo Philae sobre la superficie del cometa 67/P Churyumov-Gerasimenko.
Ocurrió viajando por el espacio a 66.000 kilómetros por hora a más de 500 millones de kilómetros de la Tierra, publica BBCmundo.
Es la primera vez en la historia en lograr un contacto directo con un cometa y la primera en seguir su trayectoria alrededor del Sol.
La comunidad científica recibió con entusiasmo el hecho.
La misión permitirá analizar esa masa de hielo y polvo para estudiar las claves de la formación del Sistema Solar y el origen del agua en nuestro planeta.