Uno de los dos médicos estadounidenses que realizaban labores humanitarias y se infectaron de ébola en África, ya está en Atlanta en una de las unidades hospitalarias de aislamiento más sofisticadas de Estados Unidos.
Una ambulancia del hospital Grady con insignias rojas, escoltada por varias camionetas, condujo al paciente a la unidad especializada en el Hospital de la Universidad de Emory, a unos 24 kilómetros (15 millas) de la base aérea Dobbins, donde aterrizó momentos antes.
El enfermo es el doctor Kent Brantly, confirmó a The Associated Press el grupo estadounidense de misioneros Samaritan’s Purse.
Otra ciudadana estadounidense que se contagió de ébola, Nancy Writebol, quien era voluntaria del mismo grupo en Liberia, arribará pocos días después para someterse a tratamiento. Los dos viajan en aviones privados con una carpa especial, portátil, diseñada para pacientes con enfermedades altamente infecciosas.
La unidad especializada donde serán atendidos fue abierta hace 12 años para atender a empleados federales de salud que han quedado expuestos a algunos de los gérmenes más peligrosos del mundo.
Los estadounidenses infectados trabajaban en un hospital en Liberia, uno de los tres países del occidente africano que se ha visto más afectado por el mayor brote de ébola en la historia.
Es la primera vez que alguien infectado con ébola es llevado a Estados Unidos. Las autoridades confían en que pueden ser tratados sin poner a la gente en peligro.
La unidad hospitalaria Emory se ubica cerca de los Centros para el Control y Prevención de Enfermedades (CDC, por sus siglas en inglés). Es una de cuatro unidades en su tipo en todo el país para hacer pruebas y atender a personas infectadas con gérmenes infecciosos.
El ébola es considerada una de enfermedades más letales del mundo. El actual brote en Liberia, Guinea y Sierra Leona ha enfermado a 1.300 personas y matado a más de 700 este año.
El virus se contagia por tener contacto directo con sangre, orina, saliva y otros fluidos corporales de los enfermos. No se transmite por vía aérea como la gripe. Hasta el momento no un tratamiento específico.