PEDIGUEÑOS

El otro d{ia vi a un grupo de estudiantes de término de la secundaria pidiendo con un letreto, en el cruce de las avenidas Winston Churchill y 27 de Febrero. Se pararon junto a la ventana de mi carro y uno de ellos, el var{on me conminó a leer el cartel, en el que solicitaban un aporte para su fiesta de graduación.
No me pude contener y les pregunté por qué en lugar de pedir, no hacían alguna manualidad barata y la ofertaban, yo les habría comprado una, pero es más fácil pedir, no quieren trabajar.
El muchacho simplemente me miró y se marchó a pedir a otro vehículo.
Me apena ver tanta gente en las calles pidiendo, personas que podrían usar sus manos, a pesar de sus minusvalías y ganarse un salario honradamente.
He visto casos de personas invidentes y con otras discapacidades que en lugar de pedir prefieren realizar un trabajo. La realidad es que hay muchos vivos que quieren vivir de los demás, aunque es cierto que hay casos de personas que si necesitan ser auxiliados porque no pueden trabajar.
Los pedigüeños invaden las calles de República Dominicana. Los hay pedigüeños invaden las calles que aparecen en las esquinas más transitadas para que transeúntes y conductores le dan algo para su sustento.
Existen casos risibles de hombres vistos por quien escribe, que se hacen pasar por inválidos para pedir, los he visto pasar en sillas de ruedas para su «jornada» y luego pararse para irse a su casa.
He visto casos de hombres que se hacen pasar por ciegos, mujeres en su mayoría haitianas con niños lactando y que se ven en salud para trabajar, pidiendo y queriendo dar pena.
Adolescentes y adultos que limpian vidrios, de forma agresiva y que están atentos para ver si pueden robar algo y que golpean el vehículo si no le das nada.
En fin, que en cualquier calle aparecen tres cuatro y hasta más pedigüeños ante la indiferencia de las autoridades.
Pie de foto

Estirando un poco las piernas luego de una mañana de pedir para su operación en las piernas ya que no puede caminar, algunas veces no menciona la operación solo dice que no puede trabajar y necesita comer.

Por Margarita Brito

Periodista con más de 20 años de experiencia en radio, televisión y prensa escrita. Esposa, madre y abuela. Escribo porque me gusta y porque nada me es ajeno.

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