Margarita Brito Fco.
Tener dos hijas y saber que están en lugares lejanos y que hay un océano de por medio para llegar hasta ellas, es algo que en ocasiones angustia, por querer que todo le vaya bien y que no enfrenten peligros del alma y el cuerpo.
Luego de terminar sus respectivas carreras universitarias y trabajar un tiempo en el país, ambas se casaron y partieron con sus esposos, una a Estados Unidos, y la otra a Francia.
Durante los más de cinco años que han estado viviendo fuera del país, Dios me ha demostrado que las cuida y escucha no solo mis oraciones, sino también las de mia familia, mis vecinos y amigos.
La semana pasada me lo demostró con creces, cuando Paola apenas sufrió una lesión en el hombre y heridas en una mano, luego de sufrir un accidente que pudo ser mortal,cuando se dirigía a su trabajo temprano en la mañana.
Quienes pasaban y veían el carro destruido pensaban que nadie se había salvado, más aún porque la gasoline estaba saliendo del tanque.
Mi hija dice que Dios envió Angeles que le salvaron, porque las puertas se cerraron y doblaron como con una máquina, pero la de ella se abrió logrando salir fácilmente.
Dejar ir y dejar actuar a Dios
Soy católica, pero me gusta leer La palabra diaria de Unity y Aposento Alto, en muchas de las reflexiones del primero, muchas veces repiten el consejo de dejar ir y dejar actuar a Dios.
Es que muchas veces nos ponemos ansiosos y angustiados, porque nos pasa equis cosa y no dejamos que Dios nos trace el camino.
Me preguntaron si no iba a Estados Unidos a ver a mi hija, lo único que pude responder es que Dios estaba cuidándola y aunque me preocupé soy consciente que es el único que puede hacerlo, que debo dejar tal y como hacen las aguas del río dejar que ir, dejar actuar al Señor, porque el tiene el control.
Mis oraciones están con mis hijas y sé que Dios las proteje, como padre amoroso, mejor que lo que podríamos hacerlo sus padres biológicos.