MADRID.- Los embajadores de la República DominicanaMADRID.- Los embajadores de la República Dominicana en España y en el Reino Unido, César Medina y Federico Cuello Camilo, reclamaron hoy al diario madrileño El País un desagravio que repare el daño provocado por una ilustración que revela la bandera nazi con la cruz gamada ilustrando un artículo del escritor peruano Mario Vargas Llosa.
A través de un comunicado, los dos diplomáticos dicen que el artículo de Vargas Llosa, titulado “Los Parias del Caribe”, se refiere en términos degradantes y peyorativos a la República Dominicana, “un país que siempre lo ha acogido de forma generosa y gentil y que lo ha reconocido como figura excelsa de las letras latinoamericanas”.
Argumentan que la distorsión de la imagen de su país surge de los desafortunados “epítetos” utilizados por Vargas Llosa, sobre la sentencia del Tribunal Constitucional (TC) 168/2013, promulgada el pasado 23 de septiembre.
“Esta sentencia ha comenzado a regularizar el estatus de los inmigrantes dominicanos y su descendencia, tema que ha estado pendiente desde 1929”, expresa la nota.
Refieren que Vargas Llosa acusa “falsamente” a la República Dominicana de colocar en situación de apatridia y desnacionalización a los inmigrantes haitianos que residen en el lado occidental de la isla, privándoles del acceso a los servicios de educación y salud.
“Tal acusación pasa por alto la presencia masiva de hijos de inmigrantes indocumentados en nuestras escuelas y universidades, los nacimientos de un hijo extranjero por cada cinco niños traídos al mundo en nuestros hospitales o el tratamiento no discriminatorio a los trabajadores extranjeros—carentes o no de documentación—en los tribunales laborales”, dijeron en su carta Medina y Cuello.
“Esta sentencia ha comenzado a regularizar el estatus de los inmigrantes dominicanos y su descendencia, tema que ha estado pendiente desde 1929”, expresa la nota.
Refieren que Vargas Llosa acusa “falsamente” a la República Dominicana de colocar en situación de apatridia y desnacionalización a los inmigrantes haitianos que residen en el lado occidental de la isla, privándoles del acceso a los servicios de educación y salud.
“Tal acusación pasa por alto la presencia masiva de hijos de inmigrantes indocumentados en nuestras escuelas y universidades, los nacimientos de un hijo extranjero por cada cinco niños traídos al mundo en nuestros hospitales o el tratamiento no discriminatorio a los trabajadores extranjeros—carentes o no de documentación—en los tribunales laborales”, dijeron en su carta Medina y Cuello.