Zoila Martínez
Zoila Martínez

La Defensoría del Pueblo alquiló un nuevo local en una plaza comercial, para operar de forma transitoria, hasta que el Ministerio de Obras Públicas le habilite la casona que rentó recientemente, cuyos trabajos se estiman durarán unos cuatro meses.

La defensora del pueblo, Zoila Violeta Martínez Guante, informó que el espacio donde comenzará a funcionar esa entidad en los próximos días se encuentra en el local 111, de la plaza Merengue, ubicado en la avenida 27 de Febrero esquina Tiradentes.

Martínez Guante dijo que decidió alquilar ese local para sacar a la Defensoría del Pueblo de su casa y de su oficina privada, debido a que está recibiendo demasiadas personas que van a llevar sus reclamaciones y ya no puede estar allí a ninguna hora del día.

Además, manifestó que esa labor desde su casa ha significado una carga en la factura del servicio telefónico de su residencia, porque ha tenido que devolver muchas llamadas a ciudadanos para ayudarle a resolver su problema.

Indicó que el local alquilado es de fácil acceso y que allí durarán entre cuatro y cinco meses.

“El protagonista de la Defensoría del Pueblo es el pueblo, donde debe tener espacio para que se sienta bien atendido, para que pueda la gente encontrar refugio para reclamar la protección de sus derechos humanos consagrados en la Constitución”, resaltó Martínez Guante.

Expuso que Obras Públicas le informó que está trabajando con el levantamiento de los planos, para acondicionar la casa que albergará la Defensoría del Pueblo de manera definitiva, situada en la calle Pedro Henríquez Ureña, número 23, esquina Rosa Duarte, en Gazcue.

Señaló que en el poco tiempo de funcionamiento, la Defensoría del Pueblo ha resuelto muchos casos sin ningún tipo de problemas, mediante el diálogo con las partes en conflictos y trasladándose hasta cualquier lugar para constatar la situación.

Por Margarita Brito

Periodista con más de 20 años de experiencia en radio, televisión y prensa escrita. Esposa, madre y abuela. Escribo porque me gusta y porque nada me es ajeno.

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