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República Dominicana está en un momento crucial en sus relaciones comerciales internacionales, ya que participa en esquemas importantes con Estados Unidos y Europa, con el reto de acceder a los principales mercados ante las nuevas negociaciones de un tratado de libre comercio conocido como el TPP (Transpacífico de Asociación Económica), al que se suma la promoción de otro convenio similar con la Unión Europa, denominado Zona de Libre Comercio Trasatlántica (TTIP).

El TTIP engloba a los países responsables de un tercio de la producción total de bienes y servicios, casi la mitad de la producción económica global, afirmó el embajador dominicano en Washington, Aníbal de Castro, al comparecer como orador invitado ante la matrícula de la Cámara Americana de Comercio (AmchamDR), durante su tradicional almuerzo mensual, celebrado en el hotel Jaragua.

De Castro apuntó que tanto el gobierno como el Ministerio de Relaciones Exteriores están prestando atención a la situación comercial mundial y que RD podría posicionarse como un abastecedor de insumos a grandes mercados y al mismo tiempo convertirse en una base eficiente de trasbordo, tomando en cuenta la ampliación del Canal de Panamá.

El diplomático llamó la atención sobre la atracción que significa China para las negociaciones entre Estados Unidos y Vietnam, ante la expectativa de intereses geopolíticos estadounidenses, de ser parte de un convenio que incluye a seis países con lo que ya los asiáticos tienen arreglos comerciales como son México, Canadá, Singapur, Perú, Chile y Australia. Citó en ese caso que un factor a tomar en cuenta es el señalamiento de China de establecer un acuerdo de US$2,200 millardos, a pesar de que RD no tiene acuerdo de libre comercio con China.

Al disertar sobre “República Dominicana: ¿en el patio trasero de Estados Unidos?, De Castro citó un estudio de la industria textil norteamericana, compartido con las embajadas de los países miembros del DR-Cafta en Washington, que si Vietnam obtiene lo que pide, en ocho años el comercio de textiles tendría un declive de US$6.7 millardos en el hemisferio occidental. Esa situación, señaló, conduciría a una pérdida de 1.5 millones de empleos en EE. UU., Centroamérica, República Dominicana, Colombia y Perú.

Otros convenios por venir, son el final para el 31 de diciembre de 2015 del Acuerdo de Subvenciones y Medidas Compensatorias (ASMC), de la Organización Mundial del Comercio (OMC), cuyas posibilidades de extensión de las subvenciones a las exportaciones son mínimas.

República Dominicana, afirmó De Castro, no tiene la ventana del TPP, ni participa en nuevas iniciativas comerciales de EE. UU. en América Latina, enfocadas en Colombia, México, Brasil y Chile, lo cual plantea una reconsideración a fondo de la política comercial dominicana, en la que ya el Mirex trabaja aceleradamente.

El embajador dominicano en Washington afirmó que el país tiene el desafío de prevenir la erosión de las preferencias comerciales, ante la flexibilización que daría EE. UU. a sus nuevos socios en áreas tradicionalmente protegidas como los productos lácteos, azúcar, textiles y calzados, así como en servicios, propiedad intelectual, derechos laborales y medioambiente, “escenario que amenaza con erosionar las preferencias comerciales cruciales para segmentos tan importantes de la producción dominicana”.
Asimismo, evitar quedar fuera de la cadena de manufactura global de mercancías, culminada la negociación del TPP que el USTR (Oficina del Representante Comercial de Estados Unidos), que sería este año. Al respecto advirtió que se admite que los costos comerciales entre Asia y Latinoamérica se reducirían considerablemente, “con lo cual surgiría una nueva ruta comercial en la cadena de suministro y manufactura que coloca a República Dominicana en una posición de desventaja, incluso frente a los demás países del DR-Cafta, los cuales por su ubicación geográfica pudieran unirse a las iniciativas comerciales en la región del Pacífico”.

Otro acuerdo que promueve EE. UU., dijo De Castro, es un Acuerdo Multilateral de Servicios con un grupo de 46 países, en interés de expandir el Acuerdo General para el Comercio de Servicios (AGS) de la OMC, del cual se está considerando la participación dominicana que formalizaría lo que ya tiene el país y de paso atraería inversiones.

Por Margarita Brito

Periodista con más de 20 años de experiencia en radio, televisión y prensa escrita. Esposa, madre y abuela. Escribo porque me gusta y porque nada me es ajeno.

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