El alcalde Roberto Salcedo inauguró la Plaza La Chorrera, en el sector Manganagua una hondonada con varias cavernas que inundaban decenas de casas cuando llovía, fue convertido por el Ayuntamiento del Distrito Nacional en un espacio público totalmente saneado.

El área intervenida por el Cabildo abarca unos 630 metros cuadrados, a los que se instaló una intrincada red de colectores sépticos y filtrantes que permitieran canalizar las aguas negras, aguas pluviales y sanitarias.

El Ayuntamiento del Distrito Nacional  adquirió seis viviendas al través de su Dirección de Inmobiliaria, para utilizar los terrenos en la construcción del sistema de filtrado y desagüe.

El mayor problema del lugar lo representaba el drenaje pluvial, que había colapsado totalmente desde hace varios años, lo que mantenía en vilo a los moradores del sector debido al desborde de las aguas negras y el sistema sanitario inundaba las casas y a la vez provocaba diversas enfermedades a sus habitantes.

En La Chorrera existían unas cavernas o fosas naturales que fueron reutilizadas y convertidas en red de filtrantes, adonde irán a parar las aguas pluviales.

El lugar fue convertido en una llamativa plaza, donde fueron instalados 12 bancos de hierro y fueron colocadas  luminarias, por lo que de un lugar adonde iban a parar las aguas negras y residuales, ahora los habitantes cuentan con un espacio público para la convivencia familiar y las actividades recreativas.

La Plaza La Chorrera está ubicada en la calle Progreso esquina Francisco Prats Ramírez, del sector Manganagua.

En el discurso central, el alcalde Roberto Salcedo proclamó que constituía una vergüenza el lugar conocido como La Chorrera, donde el hedor, el lodo, las aguas  negras  y la falta  de drenaje pluvial  eran los protagonistas.

Informó que la segunda etapa del proyecto consistirá en el saneamiento de los callejones de La Chorrera para que todos sus residentes puedan vivir en condiciones dignas.

Antes que Salcedo, habló el secretario general del Ayuntamiento del Distrito Nacional, arquitecto Andrés Navarro, quien exhortó a los residentes a cuidar la plaza y a  que se conviertan en sus principales guardianes.

Alabó el gesto de los lugareños de sugerir que la Plaza sea designada con el nombre de Juan Infante, un comunitario que por muchos años trabajó en la Defensa Civil y que murió ahogado tratando de rescatar a uno de los residentes durante el paso de un meteoro atmosférico por el país.

Infante falleció procurando salvar a uno de sus vecinos en momentos en que La Chorrera estaba inundada como consecuencia de un aguacero derivado de un huracán.

De inmediato, el alcalde Roberto Salcedo entregó al presidente de la Sala Capitular del Distrito Nacional, presente en el acto, un proyecto de resolución para que al lugar se le bautice con el nombre de Juan Infante.

El alcalde del Distrito Nacional dispuso que tres obreros se mantengan fijos en el lugar para garantizar la higiene y limpieza, “porque en La Chorrera no puede haber ni siguiera un papelito”.

La tarja de la Plaza La Chorrera fue develizada por las regidoras Nubia Suazo y Jacqueline Martínez, pertenecientes a esta circunscripción y por el seguimiento que dieron a los trabajos de construcción.

El alcalde capitalino dijo sentirse orgulloso  de  construir  en ese lugar una plaza digna, dotada de seis cámaras sépticas de drenaje sanitario y 12 nuevas  alcantarillas  para  completar un total  de  16, que evitarán que el lugar vuelva a ser inundado por las fuertes lluvias.

 

Por Margarita Brito

Periodista con más de 20 años de experiencia en radio, televisión y prensa escrita. Esposa, madre y abuela. Escribo porque me gusta y porque nada me es ajeno.

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