El tribunal de apelación que acogió el caso de las Pussy Riot conmutó hoy la pena de cárcel a Ekaterina Samuzevich, una de las tres mujeres condenadas a dos años de prisión, por una de libertad vigilada.

Las otras dos activistas, Nadezhda Tolokonnikova y Maria Alejina, condenadas por sus críticas al presidente ruso, Vladimir Putin, en un «rezo punk» en la catedral del Cristo Salvador de Moscú, tendrán que cumplir sin embargo dos los años de cárcel dictados anteriormente.

Las tres mujeres fueron halladas culpables el pasado agosto de vandalismo motivado por odio religioso y por herir los sentimientos de la comunidad de creyentes, en una controvertida sentencia condenada a nivel internacional y vista como políticamente motivada.

La decisión de dejar en libertad a Samuzevich, de 30 años, fue recibida entre aplausos. Su condena fue suspendida y se espera que salga inmediatamente en libertad. Sin embargo, su libertad será condicional y cualquier violación de los términos establecidos la llevaría de inmediato de vuelta a prisión, señaló el tribunal en un comunicado.

«No creo haber cometido un crimen. Las tres defendemos la misma postura. No me considero a mí misma culpable de provocar desorden público», dijo Samuzevich en un comunicado realizado antes de la orden de suspensión. «Hemos criticado a Putin en el pasado y lo estamos haciendo ahora», señaló.

La magistrada interrumpió sus declaraciones y le dijo que el tribunal no es un escenario por declaraciones políticas. La jueza Larisa Polyakova, del tribunal de la ciudad de Moscú, decidió que las otras dos condenadas, de 22 y 24 años, deben cumplir sus penas de cárcel. Las dos tienen hijos pequeños.

El abogado de ambas, Mark Feygin, dijo que Tolokonnikova y Alejina se consideran inocentes y que impugnarán las decisiones de hoy. «No entendemos por qué el tribunal ha distinguido entre las acusadas», señaló.

El equipo de abogados de las Pussy Riot llevará el caso al Tribunal Europeo de Derechos Humanos si fuera necesario, dijo Feygin en declaraciones que publica la agencia de noticias Interfax.

Durante la vista, los abogados pidieron una revisión independiente de la investigación previa sobre la actuación del grupo, al señalar que en el «rezo punk» no había indicios de odio religioso, sino simplemente una crítica política a Putin.

Además, denunciaron que el caso fue injustamente influenciado por Putin, que las consideró culpables antes de que se dictara un veredicto al señalar que su actuación era probablemente un acto criminal. La apelación se retrasó la semana pasada porque precisamente Samuzevich dijo que no estaba contenta con su representante legal y pidió otro abogado.

Las tres mujeres llevan desde marzo en prisión preventiva. El presidente Putin alabó su encarcelamiento y la actuación del tribunal. El lunes dijo a la televisión estatal: «No tuve nada que ver con ello (la sentencia). Ellas lo quisieron y lo tuvieron».

La organización defensora de los derechos humanos Amnistía Internacional reconoce a las mujeres como presas políticas. El caso dividió a la opinión pública rusa.

Precisamente delante del tribunal se congregaron manifestantes que pedían a gritos «¡Libertad para las Pussy Riot!» y en una vivienda cercana, sus seguidores colgaron una pancarta en la que se leía parte de la letra cantada por las mujeres en la catedral: «Santa Madre de Dios, expulsa a Putin».

=

Por Margarita Brito

Periodista con más de 20 años de experiencia en radio, televisión y prensa escrita. Esposa, madre y abuela. Escribo porque me gusta y porque nada me es ajeno.

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *