Estudios realizados en universidades de Estados Unidos y Japón muestran que los chimpancés y orangutanes gustan de las computadoras y pueden recordar números en tiempo record, segun un informe publicado por BBCmundo,
En el informe se habla de la historia de Ayumu, un chimpancé nacido y criado en la Universidad de Kyoto, Japón, puede recordar la ubicación y el orden de una serie de números en un tiempo record: 60 milisegundos para ser precisos.
Lógicamente, no es una actividad “natural” para un chimpancé el interactuar con un monitor de computadora, pero los científicos sugieren que éste tipo de tareas pueden ser beneficiosas para los simios en cautiverio.
“Desafortunadamente, los grandes simios cautivos suelen exhibir en sus comportamientos signos de aburrimiento, frustración y estrés”, dice Fray Clark, miembro del centro educativo Royal Veterinary para el Cuidado de los Animales.
Trabajando con la Sociedad Zoológica de Londres, Clark acaba de publicar un estudio que investiga si los ejercicios que alientan a los simios en cautiverio a razonar pueden también mejorar su bienestar.
“Si un simio no recibe suficientes desafíos cognitivos, esto puede llevar a comportamientos anormales o falta de interés por su ambiente”, señala Clark a BBC Nature.
“La clave para los científicos es desarrollar ejercicios que sean relevantes, motivacionales y por último solucionables, si es que van a ser usados como algo enriquecedor”.
El Ai Project es uno de los laboratorios con mayor experiencia en el mundo en el estudio de chimpancés y ha investigado su inteligencia por más de 30 años.
El profesor Tetsuro Matsuzawa comenzó sus estudios con una hembra chimpancé de un año llamada Ai, de ahí el nombre del proyecto, en 1977. Por décadas el equipo analizó la capacidad cerebral de Ai observando cómo aprendía a completar tareas, que incluían el reconocimiento de números y objetos.
En el año 2000, Ai dio a luz un macho, Ayumu, que desde ese momento se convirtió en la estrella del cálculo numérico del proyecto.
La rutina diaria de Ayumu es similar a la de un niño de 11 años: duerme, come, juega y aprende. Durante sus “sesiones de estudio”, recibe un dulce cada vez que recuerda correctamente la ubicación de los números en la pantalla y los coloca en orden.
“Ayumu y los otros pueden realizar sus tareas solo por recibir un reconocimiento. La recompensa en comida no es el elemento esencial”, dice el profesor Matsuzawa.
El científico indica que todos los chimpancés utilizan el cuarto de ejercicios por su propia voluntad, “y aman hacerlo”. “No es solo Ayumu, también las otras crías las que poseen una mejor memoria que varios humanos adultos”.
Debido a que los grandes simios son “muy individualistas”, es importante que uno les presente desafíos, agrega Clark.
“Algunos no se sentirán motivados a interactuar con pantallas de computadores, otros estarán muy motivados por recompensas en comida, otros por el contacto humano”.
En el Zoológico de Atlanta, en Georgia, Estados Unidos, un grupo de orangutanes han sido observados con detenimiento. En 2007, una pantalla táctil fue camuflada en un árbol y colocada en su hábitat.
“Tenemos programas específicos para observar como aprenden”, indica Tara Stoinski, quien lidera el estudio. “No son juegos, (los orangutanes) están resolviendo problemas”.
Los simios tienen actualmente la oportunidad de vincular símbolos con fotografías en pantallas y sus movimientos son estudiados por investigadores de la Universidad Emory.
Cuando logran categorizar correctamente a una fotografía reciben una porción de comida.
“No es que reciben una bolsa de dulces”, aclara Stoinski, quien explica que los orangutanes están contentos de interactuar con la pantalla aun cuando el dispensador de comida se vacía.
“Para algunos de ellos es una recompensa interna”, señala la doctora a BBC Nature.
El equipo de científicos agrega que han hecho cuidadosas observaciones para asegurarse que los simios no sean negativamente influenciados por la presencia del “árbol de aprendizaje”.
“Estábamos conscientes de que introducir estos desafíos podía causar una competencia en el grupo que condujera a efectos negativos, que creara cierta tensión. Por eso evaluamos esa posibilidad pero finalmente esto no ocurrió. Nuestros animales parecen muy felices con esta división del trabajo”.
A diferencia de esta experiencia “camuflada” en Atlanta, los orangutanes en el Zoológico de Milwaukee, en Wisconsin, cuentan de forma explícita con la última tecnología.
La Navidad pasada, la organización caritativa Orangutan Outreach comenzó a probar la interacción entre simios y iPads, la tableta de Apple.
“Ellos han estado utilizando la aplicación para pintar, aman mirar videos pero no han realizados juegos realmente complejos”, indica Richard Zimmerman.
Aunque el proyecto recién empieza, Zimmerman opina que los investigadores del Zoológico de Toronto están colaborando para medir el grado de interacción de los simios con sus tabletas.
“No es la misma relación que tendrían con un juguete sino que realmente las están usando como mecanismos, está yendo definitivamente en una dirección cognitiva”.
Como una organización a favor de la conservación, Zimmerman señala que la principal preocupación de Orangutan Outreach es que la gente sea consciente de la difícil situación de los animales en su hábitat natural.
Pero alentando la investigación en centros más focalizados de estudio, como el Zoológico de Atlanta, ellos esperan que crezca el conocimiento científico que tenemos sobre ellos.
Los orangutanes están claramente fascinados por objetos pocos familiares, ¿pero sirven estos objetos si no reflejan desafíos naturales para un animal?
“Los ejercicios no tienen que ser ‘naturales’, reflejando un árbol o una fruta, para ser efectivos”, dice Clark.
“Las investigaciones sugieren que en términos del bienestar de los animales, es más importante que los desafíos sean motivadores y ‘funcionales’ más allá de que se vean naturales”.
Juegos de joystick
Nosotros compartimos el 97% de nuestro AND con los orangutanes y el 99% con los chimpancés, por lo que no es sorpresivo que tengamos intereses en común, pero no solo los grandes simios están interactuando.
El profesor John David Smith, de la Universidad Estatal de New York en Buffalo, y Michael Beran, de la Universidad Estatal de Georgia, han entrenado macacos para utilizar juegos de computadora con joystick (palanca).
“Los monos rhesus pueden se entrenados para utilizar estos dispositivos para completar una serie muy variada de ‘juegos’ o tareas, y los animales se ponen a resolver estos desafíos de forma libre y bien dispuesta por muchas horas al día”, explica Beran.
“Un número de estudios sugiere que los monos prefieren tener la computadora a la mano, que no tenerla cerca, incluso cuando la alternative es comida gratis”.
Para el doctor Beran, los juegos computarizados no solo mejoran la vida de los monos, también puede ofrecer importantes descubrimientos.
“En nuestro laboratorio, quizás el más claro indicador de una incipiente enfermedad o de un malestar psicológico en un mono es una caída en su desempeño en los juegos de computadora”.