Estados Unidos.- Una ex empleada del centro de rehabilitación “Betty Ford” presentó este jueves una demanda de un millón de dólares por agresión contra la problemática actriz Lindsay Lohan, según documentos judiciales.
Dawn Bradley asegura que la agresión de la actriz, que estaba bajo tratamiento para tratar problemas de alcoholismo en el célebre centro de rehabilitación al este de Los Angeles, le causó “un enorme dolor y sufrimiento mental, físico y nervioso”, señala la demanda.
El texto ingresó a la Corte Superior del Condado de Riverside, donde está el centro de rehabilitación en la que supuestamente ocurrió la agresión -el 12 de diciembre- y en la que entonces Bradley trabajaba como técnica en dependencias químicas.
La ex empleada asegura que cuando quiso practicarle a Lohan una prueba de aliento, para comprobar si había consumido alcohol, la actriz se puso “combativa”, la empujó, luego le gritó “de manera descontrolada” -según el texto de la demanda- y le aferró la muñeca durante 8 a 10 segundos, “insultando a la demandante y calificándola de manera despectiva”.
En un caso separado este mismo jueves, un juez le ordenó a la actriz de 25 años que reciba orientación psicológica como condición clave para la libertad condicional que cumple, por un supuesto robo de un collar en una joyería.
En la audiencia, la jueza de la Corte Superior de Los Angeles Stephanie Sautner dijo que Lohan tiene tres semanas para empezar una terapia individual.
“No tendré en cuenta (excusas como) ‘lo siento, estaba en el set de la película de John Gotti’. Esto tiene que tener lugar en el momento indicado”, dijo la jueza.
La actriz de 25 años fue sentenciada en mayo a 35 días de detención domiciliaria, tras un acuerdo por el supuesto robo de un collar de 2.500 dólares de una joyería cerca de su casa en Venice Beach.
El jueves la jueza dijo que Lohan ha completado hasta ahora 33 horas de las 480 horas de servicio comunitario a las que fue sentenciada, pero aún no ha comenzado a recibir atención psicológica.
Lohan era una prometedora joven actriz salida de los estudios Disney (“The Parent Trap” y “Freaky Friday”) que actualmente da más de qué hablar por sus casos judiciales que por su carrera.
En julio del año pasado fue sentenciada a 90 días de prisión -de los que cumplió 13- y otros 90 de rehabilitación por violar la libertad provisional que se le había concedido en un caso anterior, por conducir bajo el efecto del alcohol.
Fue a prisión otra vez en septiembre, pero fue puesta en libertad bajo fianza 15 horas después y luego ingresó en el centro de rehabilitación, del que salió en enero.