Margarita Brito
Esta semana un huracán, el Wilson, con vientos de 230 kilómetros por hora, devastó las islas Fiji, en el océano Pacífico. Tras el paso del fenómeno atmosférico, una vez fuera de peligro, los turistas abandonaron ese país., una muestra de la debilidad de que adolece el turismo.
Los dominicanos estamos acostumbrados al paso de huracanes y tormentas, cada año en la temporada de huracanes vemos desfilar desde junio a septiembre una serie de huracanes, que gracias a Dios la mayoría pierde fuerza o sigue en aguas del océano Atlántico sin afectar esta media isla.
Sin embargo, hemos sufrido los embates de ciclones fuertes que han causado muerte y destrucción, con los cuales hemos visto lo débil que es la llamada industria sin chimenea o turística y es fácil darse cuenta que aunque es importante, la economía de un país no puede basarse en esta y menos en un país pobre, como es República Dominicana.
Si bien es cierto que el turismo se consolida como la nueva espina dorsal del país, generando el 25% de las divisas, me preocupa que un alto porcentaje de la economía criolla se base en el turismo, porque cualquier fenómeno atmosférico, la situación política, el índice delincuencial le afectan.
Otras fuentes importantes de la economía criolla lo son las zonas francas y las remesas que envían los dominicanos que residen en el exterior.
Antes la base era la agropecuaria
Antes la economía dominicana se basaba principalmente en la producción agropecuaria, pero hoy con la globalización y el Tratado de Libre Comercio los países en vía de desarrollo y República Dominicana entre estos, han tenido que diversificar y es que hoy gracias facilidades la competitividad es cada día más agresiva, con productos que llegan de países lejanos.
En su informe de la economía dominicana en 2014, en la parte correspondiente a la agropecuaria, el Banco Central destaca que el crecimiento del sector fue de 4.4%, superior a los registrados en los dos años anteriores de 3.7%, en 2013 y 2.9%, en 2012.
Precisa que el valor agregado de la actividad agropecuaria en 2014 alcanzó un crecimiento del 4.4%, con una variación interanual de 4.9% y de Ganadería, Silvicultura y pesca con un 2.9%.
Ese desempeño según el BC, obedece a la continuidad de las políticas dirigidas a fomentar e incentivar la producción agropecuaria, con la finalidad de garantizar la seguridad alimentaria y expandir las exportaciones de rubros agrícolas.
Asimismo, resalta el aumento absoluto y relativo de los préstamos a la agropecuaria durante 2014 ascendieron RD$34,866.0 millones de pesos,que representa el 4.6% del total prestado en el país, un 36.1% más que en el 2012.
Según el Banco Mundial República Dominicana es un país en vía de desarrollo que depende principalmente, de la agricultura, el comercio exterior, los servicios, la minería, la industria y el turismo.
Señala que el sector servicios ha sobrepasado a la agricultura como el principal proveedor de empleos debido, sobre todo, al auge y crecimiento del turismo y la industria, la agricultura todavía se mantiene como el sector más importante en términos de consumo doméstico y está en segundo lugar (detrás de la minería) en términos de exportación.
Aunque el turismo ha permitido crear empleos, cabe destacar que no sólo es lo económico, sino el tipo de turistas que llega, que no siempre es el mejor y que en ocasiones deja sus malos hábitos y costumbres, que no siempre son las mejores.
En fin, no soy ninguna experta sólo una persona preocupada al ver que un país depende tanto de una industria “débil”, debido a que puede verse afectada por los cambios del clima, los fenómenos naturales y la situación política.