Inducir a la reflexión y motivar a la acción es parte del objetivo que persigue el cineasta Bladimir Abud a través de sus películas y es el aporte que deja en la película “A orillas del mar”, sin que se vea como algo político, través de un niño que busca a su papá.
Abud, que estrenará el filme el próximo cuatro de febrero, entiende que además de entretener y mover el negocio del cine, como hace la comedia, debe hacer su aporte modesto, con su visión de lo que está pasando en la sociedad.
Resalta que todo empieza en la familia y que la falta de amor, de la cuota de responsabilidad de los padres hasta que el hijo es adulto, en ocasiones lleva a la delincuencia.
“A orillas del mar” es la historia de Pedro, un niño de Samaná que buscando a su padre desaparecido viaja a Santo Domingo. Aborda temas como el amor, la familia, el abandono y los niños de la calle.
Resalta de que forma un ser humano abandonado por sus padres puede terminar en la delincuencia, por la falta de amor “planteo que la sociedad tiene que reflexionar ante los tiempos que estamos viviendo. Todos los días la sociedad cobra 5 ó 6 víctimas”.
Se preguntó qué hace un joven en un barrio marginado, sin padres ni educación y señala que en la historia, a través de las vicisitudes del niño muestra cómo caen en la delincuencia y advierte que la sociedad tiene que ver más allá de la película.
Abud afirma que el filme no es la puesta en escena convencional, ya que trata este drama como una propuesta cinematográfica minimalista (muestra la verdadera realidad), destacando la sensibilidad de los elementos que maneja, con un reparto combinado de actores profesionales y naturales.
El cineasta logra llevar a la naturalidad de los no profesionales a actores como Lidia Ariza, Cheddy García, Antonio Melenciano y Richard Douglas. Destaca que desde que vio a Sony Kelly, tres meses después del casting, supo que era el indicado para protagonista.
“Me estoy reencontrando con mis raíces en esta película”, dice Abud, nativo de Samaná, quien recordó que su ópera prima fue “La lucha de Ana” y luego hizo una comedia, pero con “A orillas del mar” retoma la línea dramática, en la que dice sentirse más cómodo, sin desmeritar el género de comedia, que cree imprescindible en el negocio del cine, que mantiene la credibilidad.
La ya ha participado en festivales y próximamente estará cinco eventos similares entre estos el festival Mar de Plata, Argentina.
Bladimir Abud, que considera que la comedia es importante en el negocio del cine, dijo que “A orillas del mar” está amparada en la ley de cine, que permite hacer realidad todo tipo de proyecto.
Utilizando locaciones de Santo Domingo y Samaná, el cineasta inserta momentos de su infancia y algunos lugares entrañables de esa ciudad, en contraste con las calles de barrios marginados de ambas ciudades.
Cinco semanas de rodaje y ocho meses de pre y post producción, es el tiempo que ha invertido Abud para concluir el filme, del cual dice estar satisfecho, ya que es un paso más en su carrera, pero que será el público el que tendrá la última palabra.