Este evento fue considerado el más potente del año y generó fallos temporales en sistemas de radio de alta frecuencia en zonas del Medio Oriente. El aparato de la NASA también observó más manchas solares y actividad que podría generar más tormentas solares que apunten a la Tierra en los próximos días o semanas.
La agencia espacial estadounidense advirtió que este tipo de fenómenos puede afectar las comunicaciones, redes eléctricas, señales de navegación y poner en riesgo a las naves espaciales y sus tripulaciones.infobae.com
La llamarada solar que se originó la semana pasada, acompañada por una eyección de masa coronal, adoptó una estructura que captó la atención de la comunidad científica internacional y finalmente afectó a varios satélites.
Su forma, semejante a unas alas extendidas, motivó que se le conociera popularmente como ‘Ala de Pájaro’. La física espacial Tamitha Skov en la NASA explicó que este tipo de estructura indica una eyección amplia, con alta probabilidad de interacción con el campo magnético terrestre.
El Sol tiene una actividad cíclica de 11 años. Esto significa que hay años en los que los fenómenos solares se intensifican y otros en los que descienden. En la actualidad nos encontramos en el momento álgido de ese ciclo, debido a la inversión de los polos magnéticos de la estrella. Además, la región más activa en cuanto a erupciones se refiere está girando hacia la Tierra, lo que también repercute al clima espacial y aumenta las erupciones solares que afectan a nuestro planeta. el mundo.es
“Sí, estamos recibiendo un impacto rasante de la enorme tormenta solar ‘Ala de Pájaro’, que pasa principalmente al norte de nosotros. Esperábamos alguna perturbación, pero es una tormenta tan grande que está dejando una estela muy fuerte. Es posible que se registren nuevamente niveles G2. Se esperan condiciones turbulentas durante los próximos días”, señaló.
La magnitud del fenómeno se entiende mejor si se considera que la eyección de masa coronal superó los 967.000 kilómetros de extensión, más de 75 veces el diámetro de la Tierra. Cuando partículas solares cargadas como estas alcanzan la magnetosfera terrestre, pueden provocar tormentas geomagnéticas, alterar el equilibrio del campo magnético planetario y afectar infraestructuras críticas.
Las consecuencias potenciales abarcan desde interrupciones en redes eléctricas, especialmente en regiones de alta latitud, hasta errores en sistemas de navegación por GPS y problemas en comunicaciones por radio de onda corta. También se incrementa la posibilidad de observar auroras boreales o australes en zonas donde normalmente no se registran.
Tormentas solares en los próximos días
La comunidad astronómica observó además una serie de indicios que anticipan una actividad prolongada de nuestra estrella. En la cara opuesta del Sol se detectaron hasta cinco regiones de manchas solares, entre ellas una nueva región de magnetismo unipolar que comenzó a girar hacia la Tierra. Esta dinámica, propia del momento actual del ciclo solar, aumenta las probabilidades de que nuevas erupciones impacten en la Tierra.
El Sol atraviesa actualmente el punto más activo de su ciclo de 11 años, conocido como máximo solar. Este proceso se relaciona con la inversión de los polos magnéticos de la estrella, que marca el paso de un estado de baja actividad a uno con tormentas frecuentes e intensas. Esta condición no solo incrementa la frecuencia de las erupciones solares, sino que también orienta sus regiones más activas hacia el hemisferio terrestre, incrementando los riesgos para el clima espacial del planeta.
Una tormenta solar se origina cuando el Sol libera una cantidad significativa de energía en forma de radiación electromagnética y partículas cargadas. En este tipo de eventos, las eyecciones de masa coronal pueden atravesar el sistema solar a gran velocidad y, al interactuar con la magnetosfera terrestre, producir alteraciones en el campo magnético del planeta.
Estas alteraciones pueden repercutir en los sistemas eléctricos, los satélites, las redes de comunicación y otros dispositivos tecnológicos sensibles.
La erupción registrada en mayo de 2025 es uno de los eventos más relevantes del ciclo solar en curso, tanto por su intensidad como por sus efectos iniciales.
El portal especializado Halo CM informó que “el hemisferio sur del Sol está ocupado por un gran agujero coronal de polaridad positiva (+). Datos in situ muestran que la Tierra estableció una conexión estable con este agujero coronal el 17 de mayo, tras la reciente tormenta G2 ocurrida al cruzar un límite sectorial”.
Los impactos sobre la infraestructura tecnológica terrestre dependen de la intensidad y la orientación del evento. Cuando la tormenta geomagnética alcanza niveles altos, pueden producirse apagones eléctricos en zonas específicas, especialmente en latitudes donde el escudo magnético terrestre es menos eficaz.