Los cálculos hablan de 10 000 personas desaparecidas en Libia, a consecuencia de las lluvias torrenciales y las consiguientes inundaciones repentinas en el país africano.

Las autoridades confirman también la muerte de al menos 2400 personas, aunque muy probablemente esa cifra vaya en claro aumento en los próximos días.

La zona más afectada es sin duda la ciudad de Derna, donde reventaron dos presas, como confirmaba el portavoz del Ejército libio, Ahmed al-Mosmari“Las presas en el sur de Derna, la primera y la segunda del Wadi Derna, colapsaron y provocaron que el agua fluyera hacia dentro de la ciudad. Tres puentes colapsaron completamente, el agua se extendió dentro de los barrios y hay barrios enteros que se fueron arrastrados al mar, incluidos sus residentes».

La Media Luna Roja dijo que sus trabajadores están luchando para hacer frente a la magnitud del desastre. «Los retos oscilan entre el acceso a instalaciones sanitarias básicas o servicios de salud, a refugio y gestión de refugios, alimentos y artículos alimentarios, primeros auxilios, apoyo social y restablecimiento de los vínculos familiares», explica Tamer Ramadan, enviado de la Media Luna Roja. «Y por último, pero no menos importante, la gestión de los cadáveres».

El ciclón Daniel azotó con fuerza el noreste del país. Pueblos y ciudades han quedado totalmente anegados. La localidad costera afectada es la cuarta más poblada del país, con unos 120 000 habitantes en el momento del desastre natural.

Libia ha pedido toda la ayuda internacional posible, y no duda en afirmar que la devastación es similar a la del terremoto en el país vecino, Marruecos.

Un país dividido

El primer ministro del Gobierno de Unidad Nacional (GUN), Abdulhamid Debiba, con sede en Trípoli, prometió que el Estado indemnizará a todos los afectados por las inundaciones y decretó tres días de luto por las víctimas además de ordenar que las banderas de todo el país se bajen a media asta.

La Misión de Naciones Unidas en Libia (Unsmil) declaró en un comunicado que sigue de cerca la situación de emergencia y que está lista para brindar asistencia humanitaria urgente para complementar los esfuerzos nacionales y locales.

Lamentablemente, la situación política del país no ayuda a hacer frente a los problemas. El país africano continúa dividido en dos administraciones rivales, una en el este y otra en el oeste, respaldadas cada una por diferentes milicias y gobiernos extranjeros, y con los servicios públicos brillando por su ausencia.

Por Margarita Brito

Periodista con más de 20 años de experiencia en radio, televisión y prensa escrita. Esposa, madre y abuela. Escribo porque me gusta y porque nada me es ajeno.

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