Foto: NASA

Las seis galaxias encontradas por el telescopio de la NASA tienen características tan inusuales que ponen en duda los conocimientos previos sobre la formación de estos objetos y sobre el origen del Universo primitivo.

El telescopio espacial James Webb (JWST, por sus siglas en inglés) de la NASA ha detectado nuevas galaxias tan masivas que podrían redefinir nuestra comprensión sobre su formación y sobre el origen del Universo, según detalla  un estudio publicado en la revista Nature. dw.com

El nuevo hallazgo, basado en el primer conjunto datos del citado telescopio  publicado por la NASA el pasado julio, revela la existencia de seis enormes galaxias tempranas de una masa equivalente a entre 10.000 y 100.000 millones de veces la de nuestro Sol, y que son tan maduras como nuestra Vía Láctea, existentes entre 540 y 770 millones de años después de que el Big Bang diera inicio al Universo hace 13.800 millones de años.

Estas nuevas galaxias, una de las cuales parece tener una masa equivalente a la de nuestra Vía Láctea pero 30 veces más densa, parecen diferir en aspectos fundamentales de las existentes en el Universo actual: «Son radicalmente distintas, criaturas realmente extrañas», afirmó el astrofísico Ivo Labbe, de la Universidad Tecnológica de Swinburne (Australia), autor principal del estudio.

«Si la Vía Láctea fuera un adulto de tamaño normal, por ejemplo de 1,75 metros y 70 kilos, estos bebés de un año pesarían más o menos lo mismo, pero medirían menos de 7 cm». El Universo temprano es un espectáculo de rarezas», agregó.

Foto: NASA

Si no son galaxias, podrían ser agujeros negros

La evidencia sugiere que los objetos hallados son galaxias, aunque faltan más mediciones. Joel Leja, astrofísico de Penn State y coautor del estudio, las llama candidatas a galaxia porque se necesitan más datos para confirmar que todas estas son galaxias y no alguna otra fuente de luz, como un agujero negro supermasivo.

«Nadie esperaba encontrar esto. Estas candidatas a galaxias son simplemente demasiado evolucionadas para nuestras previsiones. Parecen haber evolucionado más rápido de lo que permiten nuestros modelos estándar», afirmó Leja.

«Lo emocionante es que, aunque solo algunas de ellas resultasen ser galaxias masivas, estas cosas son tan enormes que por sí solas pondrían patas arriba nuestras actuales mediciones de la masa total en estrellas. Sugeriría que en esta época existe entre 10 y 100 veces más masa estelar de la esperada, e implicaría que las galaxias se forman mucho, mucho más rápido en el Universo de lo que se pensaba», aclaró.

El misterio de la materia oscura

El camino hacia la formación de galaxias tras el Big Bang aparentemente dependió de un misterioso material llamado materia oscura, que es invisible para nosotros, pero que se sabe que existe por la influencia gravitatoria que ejerce sobre la materia normal: «La principal teoría es que un océano de materia oscura llenó el Universo primitivo tras el Big Bang», explicó Labbe.

«Esta materia oscura -no sabemos lo que es en realidad- comenzó siendo muy suave, con unas ondulaciones muy pequeñas. Estas crecieron con el tiempo debido a la gravedad y, finalmente, la materia oscura comenzó a acumularse en grumos concentrados, arrastrando gas hidrógeno durante el trayecto. Ese hidrógeno gaseoso es el que acabó convirtiéndose en estrellas. A los cúmulos de materia oscura, gas y estrellas es a lo que llamamos galaxia», añadió Labbe.

«Problemas» a la ciencia

Ahora, los astrónomos buscarán estudiar más sobre la formación de estas galaxias, que cuestionan los modelos de medición actuales: «Parece que hemos descubierto algo tan inesperado que, de hecho, crea problemas para la ciencia», planteó Laja.

Labbe, en tanto, celebró que el telescopio «James Webb sigue asombrándonos y sorprendiéndonos». Y concluyó: «El Universo primitivo era mucho más rico y diverso: monstruos y dragones. Y todavía se está levantando el telón».

JU (ap, efe, rtre)

Por Margarita Brito

Periodista con más de 20 años de experiencia en radio, televisión y prensa escrita. Esposa, madre y abuela. Escribo porque me gusta y porque nada me es ajeno.

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