Wilson Gómez Ramírez, presidente Instituto Duartiano.
El Instituto Duartiano rechazó un proyecto de ley  de protección de víctimas de tráfico de migrantes, por ser contrario al supremo interés de la Nación dominicana y perjudicial para la ciudadanía.
A continuación el comunicado del Instituto Duartiano:
Santo Domingo, RD.- El Instituto Duartiano pone en conocimiento de la opinión pública que rechaza de manera categórica el proyecto de ley sobre la protección de personas víctimas o sobrevivientes de trata y objeto de tráfico ilícito de migrantes, por ser contrario al supremo interés de la Nación dominicana y perjudicial para la ciudadanía, sobre la cual se pretende poner todo el peso del financiamiento de las personas a proteger.
Esta pieza legislativa, de la cual está apoderado el Senado de la República, entraña un serio atentado contra la integridad territorial de la República Dominicana, un severo ataque a su soberanía y un nuevo incentivo en la política de asentamiento masivo en su territorio de personas principalmente de nacionalidad haitiana.
Todo esto alcanza mayores ribetes de gravedad, en momentos en los cuales se cierne una incontrovertible amenaza contra nuestro país determinada por la gravísima crisis que vive Haití y la inexplicable indiferencia que ante la problemática ha asumido la comunidad internacional, es particular la OEA, ONU, Estados Unidos, Francia y Canadá.
Esta entidad patriótica, responsable de difundir el ideal duartiano, formula un vehemente llamado a honorables los senadores y diputados de la República a los fines de que rechacen con todas sus fuerzas este proyecto abiertamente injerencista, evidentemente de manufactura de intereses foráneos que continúan su desorbitada tarea de socavar nuestra soberanía, inobservando el reconocido principio de no intervención en los asuntos internos de los estados.
Dr. Wilson Gómez Ramírez
Presidente

Por Margarita Brito

Periodista con más de 20 años de experiencia en radio, televisión y prensa escrita. Esposa, madre y abuela. Escribo porque me gusta y porque nada me es ajeno.

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *