Paris, Francia.- Desde que se llega frente a la gran edificación que es el Teatro de la Ópera de París, se siente la adrenalina brotar de los cientos de visitantes de todo el mundo que desean contemplar lo que es esta maravilla, ubicada en el mismo centro de la llamada «Ciudad de las luces», por ser centro de las artes y la educación, pero también por adoptar temprano la iluminación eléctrica.
El continuo pasar de los autobuses turísticos, la afluencia de personas, las largas filas a la espera de la apertura de las puertas, el disparo constante de las cámaras y teléfonos celulares y una vez adentro, los rostros entusiasmados de los visitantes y el asombro por la belleza del lugar. !No cabe dudas, estamos en Paris!!
Llamado Palais Garnier en honor al arquitecto que lo construyó, es uno de los monumentos más importantes de París, además de uno de los teatros de ópera y ballet más visitados del mundo, elegido como marco y ambiente de numerosas piezas literarias, teatrales y películas.
El lugar es uno de los edificios emblemáticos del IX Distrito de París y de la capital francesa, construido en 1861, por el arquitecto Charles Garnier , quien lo propuso en Estilo Segundo Imperio o Napoleón III.
Charles Garnier trabajó junto a varios amigos, entre estos el arquitecto Victor Louvet y el escultor Jean-Baptiste Carpeaux que le ayudaron a realizar uno de los proyectos más monumentales de la época. Utilizó una gran variedad de materiales, especialmente para la fastuosa decoración.
La pintura de Chagall
Si hay algo que llama la atención en este palacio es la pintura del techo, pintado por el artista Marc Chagall, que destaca por sus colores luminosos y los detalles minuciosos que dejan boquiabiertos al visitante. Esta parte del teatro fue abierta el 23 de septiembre de 1964 .
Chagall invirtió un año en la realización de esta obra, en la cual se observan personajes alados e instrumentos musicales y edificios y monumentos emblemáticos de París, como el Arco del Triunfo.
En su conjunto, el techo de la Ópera Garnier rinde homenaje a 14 grandes compositores de ópera y música lírica, así como sus obras. Asistido por Roland Bierge, Paul Versteeg y Jules Paschal, supo hacer historia en el ámbito de las artes y de París. Cuando Chagall inició la obra del techo de la Ópera Garnier tenía 77 años. Lo hizo de forma desinteresada: entusiasmado con la magnitud de la empresa y alentado por la impronta que esta dejaría en el mundo, no cobró ni centavo por su obra.
Pasear por esta sala, que Garnier concibió como un lugar de paseo para los espectadores durante el entreacto es sencillamente impactante. En esta galería, hay una profusión de esculturas, dorados, pinturas y lámparas.