Doña Lolo durante la escalada al Pico Duarte
Son muchas las ocasiones en que se ha escuchado lo difícil, complicado y retador que es subir al Pico Duarte, el cual por la dificultad de su ascenso  ha sacado lágrimas hasta a los más preparados.
No es por poca cosa que esta es la montaña más amada, anhelada y a veces hasta temida de toda la región. Por eso  ha sorprendido la historia de Doña Dolo, una dominicana que logró la hazaña de llegar a la «Cima de Las Antillas» a la  edad de 77 años. Esta abuelita  vivió la “alegría de cumplir un sueño”.
 Thais Herrera describe  la hazaña de dona Lolo, de subir al pico más alto del caribe, uno de  los lugares más hermosos de la República Dominicana. «Todo empezó un día a principios de año, en el gimnasio, cuando mi entrenador me pidió que  llevara a alguien al Pico Duarte».

«Rápidamente dije que sí, hasta que me indicó que era a su suegra de 77 años, pero que no me preocupara ya que ella entrenaba religiosamente. Yo abrí los ojos sorprendida y le pedí la aprobación médica, la cual obtuvo de inmediato», sostiene.

Señala que unas semanas después conoció a doña Dolores, una dominicana que a pesar de su edad, rompiendo paradigmas y dando ejemplo a todos, se encontraba concentrada haciendo sus entrenamientos, como cualquier otro de los miembros del gimnasio.

«Planificamos la excursión y llegado el día, salimos junto a sus hijas, nietos y amigos, rumbo a nuestro objetivo, la cumbre de Las Antillas. Doña Dolo (cómo le decimos de cariño) me pidió que quería llegar a la cumbre caminando y yo tuve el privilegio de ser su “Sherpa” durante esta experiencia, caminando a su lado  el trayecto completo.»

Resalta que No afectó su ánimo ni la lluvia, ni las piedras sueltas, ni la famosa (mal llamada) Loma del Arrepentimiento… en todo momento se mostraba feliz y agradecida de la oportunidad de vivir esta experiencia junto a su familia. Ella disfrutaba todo, ver la naturaleza, las flores, el sol… »

Asegura que no se quejó en ningún momento, algo sorprendente, ya que la cumbre se encuentra a 3,098 metros sobre el nivel del mar y el ascenso es por un camino empinado, pedregoso e inestable y aún así, doña Dolo no parecía notarlo. Incluso se detenía a esperar a los que venían rezagados.

Doña Lolo durante la escalada al Pico Duarte

En el momento de llegar a la cumbre doña Lolo (Dolores) se mostró emocionada,  y tras llegar recibió una merecida medalla.

Con su acción, doña Lolo motivó no solo a sus nietos, sino a todos los que tienen la oportunidad de conocer su inspiradora historia.

Por Margarita Brito

Periodista con más de 20 años de experiencia en radio, televisión y prensa escrita. Esposa, madre y abuela. Escribo porque me gusta y porque nada me es ajeno.

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