Tras 25 años juntos, Joaquín Sabina y Jimena Coronado se casaron este lunes, según informa El País.
La boda se tealizóante el registro civil, en presencia de unos pocos amigos cercanos, entre los que se encontraba el ministro del Interior, Fernando Grande-Marlaska, y su gran amigo Joan Manuel Serrat. yahoo.es
El intérprete de Y nos dieron las diez lucía un traje azul y un sombrero de paja, como toque personal, además de unas zapatillas de deporte. La novia, por su parte, compartía el look informal y también apostaba por el azul para un vestido que lució con sandalias planas. Ambos, eso sí, protegidos por las ya imprescindibles mascarillas.
Joaquín Sabina y Jimena Coronado se conocieron en 1994 en Lima, cuando Jimena le hizo un reportaje fotográfico para la revista Somos, del diario El Comercio. «En un momento yo le saqué al balcón para hacerle una foto con Lima de fondo y entonces él aprovechó para saber dónde iba a tomar una copa después», recordó la peruana en una entrevista a Canal +. Sin embargo, su relación comenzó después, porque «ella se echó novio y yo me eché novia», explicó Sabina en esa conversación. Cuando el cantante estaba terminando 19 días y 500 noches, abrió una carta de Jimena en la que le decía que había roto con su pareja. Él también había roto con la suya y fue entonces cuando su “affaire” se convirtió en una sólida historia de amor a la que este lunes han puesto el broche perfecto.
Desde entonces, Jimena ha sido un pilar fundamental en la vida del cantante, la persona, junto a sus hijas Carmela y Rocío, que no se separó de su lado mientras estuvo ingresado en el hospital el pasado mes de febrero, y la que, en palabras del cantante, le salvó la vida después de sufrir un ictus en 2001 al que siguió más de una depresión. «Yo pensaba que era inmune a la depresión y cuando la tuve dije: ‘cuidado'», recordó en Canal +. A su novia han ido dedicadas canciones como la de Rosa de Lima.