Dame Jean Macnamara

El trabajo científico de Dame Jean Macnamara fue clave para lograr la vacuna de la poliomielitis y la convirtieron en una eminencia del bienestar de los niños y niñas por sus contribuciones a la salud. Sus investigaciones lograron hallar métodos de rehabilitación más eficaces sobre las parálisis.

Nacia el 1 de abril de 1899 , Beechworth, Australia, Dame Annie Jean Macnamara, fue la segunda hija de un secretario de justicia católico y madre presbiteriana de quien heredó en nombre de Annie. Desde la infancia mostró gran interés por la naturaleza.

Por sus excelentes calificaciones logró una beca que le permitió viajar a Europa y a Estados Unidos, donde amplió sus conocimientos para tratar también a víctimas de envenenamiento por plomo, parálisis cerebral y a personas con deformaciones por malas postura. Todos sus logros científicos y su contribución al desarrollo de la humanidad le reportaron el título de Dama Comandante de la Orden del Imperio Británico en 1935.

Se graduó en Medicina, Cirugía y Anatomía en 1922 junto a una generación que se convirtió también años después en médicos y científicos brillantes como Kate Campbell, Frank Macfarlane Burnet, Jean Littlejohn y Lucy Meredith Bryce.

Dama Jean Macnamara

Con su exposición del trabajo de fin de carrera logró una beca Beaney en Cirugía que le permitió empezar a trabajar como oficial médica residente en el Hospital Real de Melbourne.

Durante su estadia en el Hospital de Niños de Melbourne se produjo una epidemia mundial de polio, y ella y su compañero de facultad Burnet demostraron que había más de una cepa del virus, algo que años más tarde fue decisivo en el desarrollo de la vacuna Salk contra la poliomielitis.

Ambos probaron como terapia el uso del suero inmune en el tratamiento de pacientes en la etapa preparalítica y Jean publicó y defendió sus resultados en revistas australianas y británicas, aunque ese tratamiento acabó rechazándose.

Jean empezó se especializó en la enfermedad del polio que entre 1925 y 1931 y fue consultora y oficial médica responsable ante el Comité de Poliomielitis del estado australiano de Victoria, y entre 1930 y 1931 fue asesora honoraria de poliomielitis ante las autoridades oficiales de los estados de Nueva Gales del Sur, Australia del Sur y Tasmania.

Durante los dos años siguiente viajó a Inglaterra y a Estados Unidos gracias a una beca Rockefeller. Su desánimo por el rechazo a su terapia con suero inmune la llevó a centrarse en la ortopedia.

Entre sus logros en esos años de investigaciones y aprendizaje en el extranjero se encuentran el convencerse de la necesidad de un cuidado posterior adecuado de las personas discapacitadas, llegarse a reunir con el presidente Roosevelt, lograr el primer respirador artificial para Australia y conocer nuevas ideas para entablillar y rehabilitar a los enfermos. Asimismo, escribió a los departamentos de salud de todo el mundo para evaluar la posibilidad de que el virus de la polio se transmitiera a través de la leche.

En 1934, al regresar a Australia, se casó con Joseph Ivan Connor, dermatólogo de profesión. La familia tuvo dos hijas, pero a pesar de su nueva vida, Jean continuó dedicándose plenamente a su profesión y pasó a supervisar a pacientes en dos hospitales. Su gran capacidad de trabajo y para inspirar confianza en sus pacientes, principalmente niños, llenaron las clínicas con familias preparadas para esperar horas hasta ser atendidas por ella.

En 1938, abrió una clínica donde 30 niños eran tratados a diario y hasta se les daba un plato de comida caliente al mediodía. Dame Jean Macnamara vio incrementado su prestigio y empezó a dirigir y a supervisar otras clínicas en el país, apoyó la creación de un centro de tratamiento experimental y a la vez adquirió mejores instalaciones hospitalarias para ella.

Su trabajo se extendió a víctimas de envenenamiento por plomo y por parálisis cerebral, así como a personas con deformidades por malas posturas. En 1940, y por recomendación suya, abrió en Australia el primer centro para menores afectados por espasticidad en el Hospital de Niños.

Otra faceta de sus investigaciones la desarrolló en 1933 en la Universidad de Princeton (Estados Unidos), con la idea de expandir el virus del mixoma (mixomatosis) para erradicar una plaga de conejos en Australia. Aunque los ensayos inicialmente no tuvieron éxito, ella no desistió en los resultados, y cuando el virus se volvió epizoótico en 1951, a través de mosquitos y pulgas propagó el virus entre los animales, causando la reducción exitosa del número de conejos salvajes.

Dame Jean Macnamara en 1967
Dame Jean Macnamara en 1967

Jean, junto con su esposo, adquirió una granja como segunda residencia para los fines de semana y también luchó contra el uso indiscriminado de pesticidas. Su marido falleció en 1955 y desde entonces se volcó más aún en su propio trabajo hasta que, descuidando su propia salud, falleció el 13 de octubre de 1968 de un ataque al corazón causado por la enfermedad cardiaca que padecía. Tenía 69 años.

Muchos antiguos pacientes asistieron a su funeral que, según se publicó en los periódicos de forma casi macabra, pareció una escena de Lourdes. Según los deseos de la propia Dame Jean, sus cenizas fueron enterradas bajo una roca cubierta de musgo en Beechworth, su lugar natal.

Los reconocimientos a su labor investigadora y médica se sucedieron casi hasta la actualidad. Así, junto a otros siete científicos médicos australianos, alguno de su promoción, fue homenajeada en la emisión de un conjunto de cuatro sellos australianos lanzados en 1995. Ella aparece en el sello de 45 centavos con el doctor Burnet, compañero de universidad y de trabajo durante muchos años.

Por Margarita Brito

Periodista con más de 20 años de experiencia en radio, televisión y prensa escrita. Esposa, madre y abuela. Escribo porque me gusta y porque nada me es ajeno.

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